Bénédicte en Guérande
– PAÍSES DEL LOIRA
Piedra, cerámica, huellas
Los anteriores propietarios habían ocultado las piedras con cemento, pero yo hice que lo quitaran todo; la casa se ha encontrado a sí misma y yo con ella. Las ventanas, grandes, están orientadas hacia tres puntos cardinales distintos, y me gusta ver cómo cambia la luz a lo largo del día.
Vivía en París, pero con Bretaña en el corazón
No tanto Bretaña como las casas bretonas, las sólidas, pesadas, hechas con piedra y granito. Así que cuando me separé, decidí venir aquí. Y por fin encontré la casa. Busqué durante mucho tiempo porque no me gustaban las reconstrucciones, eso que le quita el alma. Y aquí está. Los anteriores propietarios habían ocultado las piedras con cemento, pero yo hice que lo quitaran todo; la casa se ha encontrado a sí misma y yo con ella. Las ventanas, grandes, están orientadas hacia tres puntos cardinales distintos, y me gusta ver cómo cambia la luz a lo largo del día. Mi despacho está aquí; soy periodista. Pero en los últimos años he empezado a hacer cerámica: platos, cuencos y jarrones. En tonos blancos o verdes. Experimento con hojas y flores que recojo en mi jardín o en paseos, quizá por la playa; las utilizo para dejar una huella en la cerámica. Mi casa está abierta, y estos son los platos con los que invito a cenar, a la mesa. También a los niños del pueblo a los que les leo mis libros de cuentos.
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Dos libros, tres continentes, trece ciudades, veinticinco casas.
Dos libros fotográficos que hablan de luz, personas, vidas y cuentan un viaje, iniciado en 2019, que nos ha llevado a lugares y latitudes siempre diferentes, para encontrarnos con una luz diferente y, con ella, otras culturas del habitar.