Has encontrado un equilibrio entre lo analógico y lo digital, pero tu trabajo siempre comienza con la película. ¿Qué proceso sigues para crear tus videoclips? Nos gustaría mucho entender cuál es tu técnica, las herramientas que utilizas y tu método de trabajo.
Cada proyecto comienza con una elección fundamental: el soporte. Decido si filmar material nuevo y, una vez desarrollado, obtener el positivo sobre el que rayar e intervenir, o si trabajar con la técnica del found footage, utilizando películas existentes para manipular. La elección de la película es crucial y depende del tipo de trabajo que estoy realizando. Existen muchas variables: el formato, las perforaciones, el hecho de que la película ya esté impresa o no expuesta. También la marca y la edad de la emulsión son importantes, ya que influyen en el tipo de rascado que se obtendrá, en términos de color, profundidad y línea. Cada detalle cuenta en la creación del resultado final. Una vez seleccionada la película, comienza el verdadero trabajo, que requiere una inmensa dosis de paciencia y dedicación. Es un proceso que te obliga a aislarte, como si el tiempo se detuviera. Para un solo minuto de animación puede llevarse semanas. La meticulosidad es esencial.
En mi cine directo utilizo una amplia gama de técnicas, y cada signo tiene su herramienta dedicada. Para rayar la película, por ejemplo, uso punzones, agujas, kits de dentista, fresadoras eléctricas y Dremel. Pero no se trata solo de rayar: corto, pego y pinto utilizando todo tipo de material disponible. Los colores varían desde pigmentos para vidrio, hasta tintas a base de agua, pasando por colores indelebles. Mi objetivo siempre es aprovechar al máximo lo que el mercado ofrece, manteniendo la creatividad en el centro del proceso.
Un elemento importante de mi trabajo es la colección de transferibles que he acumulado durante los últimos veinte años. Tengo de todo tipo y marca, lo que me permite explorar infinitas posibilidades creativas al intervenir en la película. Cada detalle de mi trabajo nace de una combinación de técnica, experimentación y la voluntad de siempre empujar un poco más allá los límites del material.
¿Cómo nació la colaboración con Foscarini? ¿Qué te motivó en este trabajo?
Cuando Foscarini me propuso colaborar, no lo dudé ni un segundo. Recuerdo aún el entusiasmo con el que dije inmediatamente que sí. Ser elegido por una marca que admiro, y al mismo tiempo tener la libertad creativa completa, fue un fuerte estímulo para mí. Vi la oportunidad de explorar nuevas ideas, buscando crear algo que estuviera en sintonía con su mundo, pero que al mismo tiempo llevara mi impronta personal.
Cada vez que se me concede carta blanca, siento que me empuja a superarme, a experimentar y a buscar soluciones visuales que sean sorprendentes y capaces de transmitir emociones. Quería crear una atmósfera que reflejara la esencia de Foscarini, pero que al mismo tiempo llevara un toque único e inesperado, capaz de emocionar tanto a mí como al público. Este tipo de desafío, unir mi visión con la suya, ha sido el motor principal de este proyecto.
En el proyecto “What’s in a lamp?” de Foscarini, has transformado fragmentos de una película rayando la película, añadiendo colores y convirtiendo las lámparas Foscarini en parte de la escena de manera surrealista y underground. ¿Podrías contarnos sobre la inspiración y el significado que te guiaron en la creación de esta serie?
Para el proyecto “What’s in a lamp?”, busqué crear una conexión profunda entre la luz y la vida. Cuando comencé a imaginar el proyecto, hice un gesto simple pero simbólico: apagué todas las luces de casa. Luego, una a una, comencé a encenderlas, buscando esa atmósfera perfecta que pudiera abrir un camino creativo. La luz se convirtió en mi guía, y de ahí nació la inspiración para los seis minifilms que creé.
Cada película es única, distinta en color y técnica, pero todas están unidas por una atmósfera íntima y afectiva. Quería contar algo que fuera universal, donde la luz no solo fuera un elemento físico, sino el protagonista mismo: un reflejo de la vida de cada uno de nosotros. Las lámparas Foscarini se convirtieron en parte integral de esta narración, transformándose en símbolos de emociones, recuerdos y momentos de vida vivida. Quería fusionar la materialidad de la película rayada y coloreada con lo surrealista, creando un diálogo entre luz y sombra que contara historias silenciosas pero poderosas.
¿Hay alguna película de la serie que prefieras o que por alguna razón te sea más querida?
No tengo una película favorita en sentido absoluto, pero hay una escena que me es particularmente querida: la toma inicial de Spokes. En ese momento se concentra toda la intimidad y el calor que solo un abrazo puede transmitir. El resplandor anaranjado emitido por la lámpara Spokes invade suavemente la habitación, envolviendo a los protagonistas en una luz que no es solo física, sino emocional. Es como si esa luz se ocupase de ellos, protegiéndolos de la oscuridad circundante. Es una escena que habla de conexión, de protección, de ese calor humano que va más allá de las palabras, y es eso lo que la hace tan especial para mí.
Los rasguños en la película expresan toda la pasión y la intensidad con la que vives tu arte. ¿Cómo se refleja tu individualidad en tus trabajos? ¿Tienes un ritual cuando creas tus obras?
Los rasguños en la película son, para mí, como una firma, una huella que encierra todo el proceso creativo con su intensidad, sus imperfecciones, y ese trazo vigoroso e instintivo que nace del contacto directo con la celuloide. Cada rasguño, cada signo es un reflejo de un momento preciso de mi vida y de mi estado de ánimo en ese instante. Es como si la película misma llevara consigo una parte de mí, de mi experiencia. No sigo un ritual rígido cuando creo, pero me dejo llevar mucho por el instinto y el flujo del momento. Sin embargo, tengo pequeñas costumbres que me ayudan a entrar en el estado mental adecuado. Busco la soledad, escucho música que me inspira y me sumerjo en un tipo de luz que pueda crear la atmósfera ideal para el viaje que estoy a punto de emprender. Cada creación es un viaje interior, y estas costumbres me ayudan a sintonizarme con las emociones que deseo hacer emerger en mi trabajo.
¿Cuál es el papel de la luz en tu arte?
La luz es el corazón palpitante de mi trabajo; sin ella todo permanecería invisible. Es la luz la que da vida a las marcas grabadas en la película, revelando formas, colores, movimientos y emociones. A través de la luz, lo que está oculto en la materia emerge, transformándose en imagen y convirtiéndose en narración. Es un elemento esencial, un puente entre mi gesto creativo y la mirada del espectador. Es la luz la que completa la obra, haciendo visible lo que de otro modo quedaría atrapado en la película.
¿Qué importancia tiene la música en tu videoarte, y en particular en la serie “What’s in a lamp?”?
En la serie “What’s in a lamp?”, le pedí al compositor Carmine Calia que se sumergiera en este viaje conmigo. El Maestro Calia creó una banda sonora inolvidable, capaz de convertirse en un verdadero personaje dentro de la narración. Su música no solo acompaña las imágenes, sino que las influye profundamente, dando forma al ritmo de la historia y enriqueciéndola con significados simbólicos. De esta manera, la luz y las formas presentes en la escena adquieren una nueva profundidad emocional. La música se convierte así en un componente esencial, capaz de crear una conexión intensa con el espectador, amplificando las sensaciones y los temas que quiero expresar.
¿Tienes artistas de referencia, maestros o influencias significativas en la formación de tu visión artística?
Creo que mi mayor influencia proviene de mi padre. Desde niño, crecí observándolo pintar, y cada vez que hablaba de su arte, sus ojos se iluminaban. Esto me llenaba de alegría y ha instilado en mí un profundo amor por la creatividad. De adulto, sin embargo, tuve la suerte de trabajar con el maestro del cine italiano, Vittorio Storaro. Verlo en acción fue una de las experiencias más extraordinarias de mi vida. De él aprendí la importancia de buscar la belleza en la imagen, una lección que ha moldeado profundamente mi trayectoria artística.
¿Cómo cultivas tu creatividad?
Cultivo mi creatividad a través de un constante proceso de experimentación, viviendo como un ermitaño en casa, como si fuera mi guarida. Añadir continuamente algo a la técnica o incluso quitarlo es lo que me impulsa a buscar algo diferente, pero siempre tratando de mantener un signo seguro e inimitable. Este deseo de evolución y búsqueda constante es el motor que me impulsa a cultivar mi trabajo.
¿Cómo definirías la creatividad? ¿Qué significa para ti ser creativo?
Para mí, la creatividad es libertad. Es ese flujo continuo que me permite ver el mundo desde diferentes perspectivas y expresarme de maneras únicas, siempre buscando superar mis límites.