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La última serie de Giona Maiarelli para What’s in a Lamp? combina culturas italianas y estadounidenses, utilizando collages para reinterpretar las icónicas lámparas de Foscarini. Mezcla imágenes de revistas antiguas, libros y fotografías, reimaginadas a través del lente de la memoria y la imaginación.

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Artista, diseñador gráfico y curador, Giona Maiarelli nació en Italia y lleva más de veinticinco años viviendo en Estados Unidos, actuando como un puente entre dos culturas. Su obra se centra en el collage, un medio que se define por la aleatoriedad y la serendipia, combinando intuición y elementos táctiles con una sensibilidad estética que celebra la capacidad del arte para crear conexiones inesperadas y significativas.

“Para What’s in a Lamp?, Maiarelli ha creado una serie de collages que entrelazan la cultura italiana con una profunda exploración del imaginario colectivo estadounidense. Las icónicas lámparas de Foscarini, como Aplomb, Binic, Caboche, Chouchin, Nuée y Spokes, son el núcleo de estas obras, combinadas con imágenes de revistas vintage, libros y fotografías, generando composiciones visuales únicas que destacan la estética distintiva de cada lámpara mientras las sitúan en el contexto del mito estadounidense, con acentos a veces irónicos, a veces románticos.

“Mi objetivo era explorar la tensión entre la estética refinada italiana de las lámparas Foscarini y la robustez pragmática del paisaje estadounidense”, comenta Maiarelli. En su interpretación artística, Caboche se convierte en una joya circular emparejada con torres de agua estadounidenses, mientras que Spokes, con sus rayos, evoca el enredo caótico de cables eléctricos donde descansan los pájaros. Por su parte, Chouchin se transforma en un objeto volador que alude a la fascinación estadounidense por los fenómenos extraterrestres. Cada lámpara, así, se convierte en protagonista de una narrativa visual que combina diseño e imaginación, estética y relato.

Descubre más sobre esta colaboración y la serie completa de Giona Maiarelli en el canal de Instagram de Foscarini @foscarinilamps. Explora todas las obras del proyecto What’s in a Lamp?, donde artistas internacionales interpretan la luz y las lámparas de Foscarini.

Hola Giona, ¿puedes contarnos sobre tu trayectoria artística? ¿Cómo llegaste a abrazar el arte del collage y qué representa esta forma de expresión para ti?

Al inicio de mi carrera como diseñador gráfico, me encantaba reciclar los restos de papel y cartón usados en presentaciones para hacer un collage. Veía posibilidades expresivas en los desechos de mi trabajo. Luego vino un largo período dedicado a mi profesión, aunque siempre me atrajo el Dadaísmo y el collage, particularmente las obras del artista y poeta Jiří Kolář. Finalmente, en 2016, decidí regresar a mi pasión. “Redescubrir” el collage años después significaba redescubrir el placer de crear con las manos, que, como intermediarios entre la mente y el papel, se convierten en partes activas del proceso de creación. Los recortes de papel se mueven sobre el cartón, la intuición se convierte en acción, hasta que la composición se revela. Pero el ciclo no se completa hasta que el collage es visto por un público. Es solo cuando veo el collage a través de los ojos de otra persona que el ciclo se completa.

 

Tu enfoque en el collage es inmediatamente reconocible y único. ¿Cómo describirías tu estilo? ¿Cuáles son los elementos distintivos que lo definen?

La serendipia juega un papel fundamental en mis composiciones: incluso cuando tengo la intención de comunicar una idea específica, el collage se niega a ser acomodaticio y revela posibilidades expresivas y compositivas que no había considerado. Luego está el placer de la sorpresa: encontrar un libro del que cortar imágenes en una librería de segunda mano, descubrir el potencial en imágenes que al principio descarté, y finalmente, la sorpresa de una composición que se hace por azar en la página. Cada serie de collages comienza con un tema, pero el instinto juega un papel esencial.

 

D’où vient votre inspiration?

La inspiración surge junto al trabajo. Cuando comienzo una serie de collages, no tengo una idea en mente, solo el material sobre el que he decidido trabajar, elegido sobre una intuición. Después de unas horas, o a veces unos días, las ideas surgen por sí solas a través del trabajo mismo.

 

¿Qué te atrae más de la realidad que te rodea, y cómo traducís estas sugerencias en tu trabajo?

La mayoría de las series de collages que he producido son exploraciones de mi imaginación estadounidense personal: los paisajes del Oeste americano, la arquitectura modernista de los rascacielos de la posguerra en Nueva York, y las casas Case Study de California, el viejo Hollywood, las páginas del New York Times. Quizá inconscientemente, estoy procesando mi decisión de mudarme a los Estados Unidos, reclamando imágenes que ya estaban presentes en mi subconsciente.

 

Para el proyecto “What’s in a Lamp?” con Foscarini, creaste composiciones que asocian lámparas con imágenes evocadoras, a veces irónicas, a veces poéticas. ¿Puedes revelar la inspiración y el proceso creativo detrás de este trabajo?

Para What’s in a Lamp?, quería colocar las lámparas Foscarini en un contexto americano. Parecía ser la opción más obvia, dado que vivo en Estados Unidos, y el patrimonio visual americano es parte de mi vocabulario artístico.

 

En esta serie, el diálogo entre las dos culturas, italiana y americana, es muy claro. ¿Cómo se encuentran y se mezclan estas dos realidades en tus composiciones?

Mi objetivo era explorar la tensión entre la estética refinada de las lámparas Foscarini y la rugosidad pragmática del paisaje americano, jugando con el tamaño y el contraste entre las imágenes en color de los productos y las imágenes en blanco y negro de los paisajes. Al final, estos dos mundos, aparentemente tan distantes, se fundieron en un abrazo, a veces irónico, a veces poético.

¿Qué elementos específicos del imaginario colectivo americano trajiste a los collages que creaste para “What’s in a Lamp?”?

La forma y el material de las lámparas sugirieron ciertos caminos. Caboche apareció como un joya circular preciosa para combinar con un elemento austero del paisaje americano, como los tanques de agua. Aplomb encaja en el rostro del “hombre ideal” americano, creado combinando los retratos de cinco presidentes estadounidenses, reemplazando su sonrisa abierta con una sonrisa telegenic. Spokes, con sus delicados rayos, hace referencia a los cables eléctricos que se entrelazan en el cielo americano, de los cuales los pájaros nos observan, recordándonos su vocación de elegante aviario. Binic me recordaba a una brillante luna llena y me llevó hacia imágenes relacionadas con la exploración americana de nuestro satélite. Sabía desde el principio que al menos una de las lámparas se convertiría en un objeto volador, un fenómeno típicamente americano y fuente de teorías del complot ingenuas. Este destino recayó en Chouchin, brillante y técnicamente perfecta, como imagino un objeto volador proveniente de una civilización más avanzada podría ser, sorprendiendo a los transeúntes. Nuée es una nube ligera y aérea que intercepta a nuestro osado buceador y lo lleva en un viaje mágico.

 

¿Qué artistas o influencias han contribuido de manera significativa a la formación de tu visión artística? ¿Quién consideras tus maestros?

El artista y poeta checo Jiří Kolář, del que ya he hablado, ha tenido una gran influencia en mi trabajo. Y también la actitud despreocupada de los movimientos Dada y Futurista.

 

¿Tienes algún ritual o sigues hábitos cuando trabajas en tus collages?

Música, siempre.

 

¿Qué es la creatividad para ti?

Mi mentor, Milton Glaser, solía decir que la creatividad no existe; solo existe la imaginación. La creatividad no es más que la capacidad de imaginar, y luego crear, mundos que aún no existen.

Más información sobre la colaboración con Giona Maiarelli y explora la serie completa en el canal de Instagram @foscarinilamps. Sumérgete en todas las obras del proyecto “What’s in a Lamp?”, donde artistas internacionales reinterpretan la luz y las lámparas Foscarini de maneras únicas e inspiradoras.

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Bennet Pimpinella lleva su arte cinematográfico al proyecto What’s in a Lamp? y, utilizando la técnica del arañado sobre la película, convierte las lámparas de Foscarini en símbolos de emociones y recuerdos, en escenas íntimas con una atmósfera surrealista y underground.

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Bennet Pimpinella no es ajeno a la experimentación. Nacido en 1977 y formado en cine en la Academia de L’Aquila, Pimpinella ha pasado su carrera desdibujando los límites entre lo analógico y lo digital, siempre en busca de redefinir la relación entre luz e imagen. Su estilo es inconfundible: un lenguaje visual que mezcla investigación, artesanía y un profundo vínculo con el medio cinematográfico. La técnica del arañado en la película es su sello distintivo, una marca que encapsula todo el proceso creativo con su intensidad, sus imperfecciones y ese trazo vigoroso e instintivo que surge del contacto directo con la celuloide. Sus obras destacan por una estética cruda, cargada de energía y sensibilidad, que arrastra al espectador hacia un universo lleno de emociones intensas, reflejo del sentir del autor en el momento de la creación artística.

En su colaboración con Foscarini para el proyecto What’s in a Lamp?, Pimpinella lleva su habilidad para manipular la película a un nuevo nivel, haciendo de la luz la protagonista absoluta de sus obras.

“Cada una de las seis películas producidas para Foscarini es única, pero todas están unidas por una atmósfera íntima y afectiva. Las lámparas de Foscarini se integran en este relato, convirtiéndose en símbolos de emociones y recuerdos, parte integral de una narración silenciosa pero profunda. Quise fusionar la materialidad de la película arañada y coloreada con lo surrealista, creando un diálogo entre luz y sombra que cuenta historias silenciosas pero poderosas.”

Bennet Pimpinella
/ Artista y director

La banda sonora, realizada con el compositor Carmine Calia, no se limita a seguir las imágenes, sino que las moldea y las enriquece con significados. La luz y las formas en las obras de Pimpinella adquieren así una nueva dimensión emocional, amplificadas por la música, creando una conexión intensa con el espectador.

Descubre más sobre la colaboración con Bennet Pimpinella y la serie completa en el canal de Instagram @foscarinilamps, y explora todas las obras del proyecto What’s in a Lamp?, donde artistas internacionales son invitados a interpretar la luz y las lámparas de Foscarini.

Cuéntanos algo sobre ti: ¿siempre supiste que querías ser artista? ¿Cómo comenzó tu viaje en el mundo del cine y la experimentación artística?

Nunca imaginé que podría vivir como artista, a pesar de haber crecido en un ambiente impregnado de arte. Mi padre, pintor y escultor, y mi madre, retratista, siempre me transmitieron la pasión por el dibujo y la pintura, pero para mí era una dimensión íntima, algo que formaba parte de la cotidianidad sin pensar que podría convertirse en mi camino de vida. Después de una experiencia escolar como topógrafo, que sentía que reprimía mis inclinaciones, decidí inscribirme en la Academia Internacional de Ciencias y Artes de la Imagen. Fue un cambio radical: me sumergí en un mundo completamente nuevo, el del cine, descubriendo una forma expresiva que transformó mi visión del arte. No más estática, sino en movimiento. Tuve la suerte de encontrar grandes maestros, entre ellos Vittorio Storaro, una figura fundamental en mi trayectoria. Después de la Academia, tuve el honor de formar parte de su equipo durante diez años, una experiencia que me formó profundamente. Mi papel era el de asistente de operador y mi tarea era cargar y descargar la película en las cámaras de 35mm. Fue ahí donde aprendí tanto a manejar como a cuidar la película. En ese período encontré mi espacio, aprendiendo los fundamentos de la técnica y la estética cinematográfica. Esos años fueron una escuela de disciplina, técnica y, sobre todo, de amor por la búsqueda de la belleza en la imagen. Aún hoy, llevo conmigo esas enseñanzas y estoy agradecido al Maestro Storaro y a todo el equipo por haberme transmitido una pasión que continúa guiándome cada día.

 

¿Qué te motiva a crear y de dónde nace tu inspiración: de la curiosidad, de la búsqueda de significado o de la expresión visual pura?

Crear es mi forma de expresarme, como para otros puede ser escribir, tocar o cantar. Para mí es algo natural, casi instintivo, es una necesidad, un alivio para cada uno de mis desasosiegos internos. Mi técnica y mi trabajo se convierten en el medio para elaborar lo que vivo y siento.

Mi enfoque es fundamentalmente experimental: parto de un gesto, de una señal, buscando cada vez algo nuevo, pero al mismo tiempo reconocible. Mi inspiración no tiene una única fuente; me nutro de todo lo que me rodea y atraviesa mis sentidos. Puede ser el azul del mar, un día gris, una noticia de actualidad, la pérdida de un ser querido o una melodía que me atrapa. Cada experiencia, cada emoción, se transforma en una señal, en una forma. Podría continuar indefinidamente, porque todo lo que me impacta tiene el potencial de convertirse en parte de mi proceso creativo.

 

Tu cine es sorprendente y único. ¿Cómo describirías tu estilo y cómo has desarrollado esta estética distintiva?

Durante mi tiempo en la Academia, exploré todas las formas de narración cinematográfica, hasta que realicé mi primer trabajo de animación en stop motion. Ese primer proyecto encendió en mí una chispa, empujándome a sumergirme completamente en el mundo de la animación. Compré libros, estudié técnicas y experimenté, buscando replicar métodos innovadores: desde la pantalla de alfileres de Alexandre Alexeïeff, hasta el vidrio retroiluminado, pasando por el motion painting de Oskar Fischinger y el stop motion de Jan Švankmajer. Cada nuevo descubrimiento alimentaba mi curiosidad.

El cambio decisivo llegó con el descubrimiento del cine directo, sin cámara, de Stan Brakhage. A partir de ese momento, comencé a experimentar con el Super 8, arañando, coloreando e interviniendo directamente sobre la película. El momento más mágico para mí era la proyección: usar un proyector casero, sentir el ruido mecánico del motor arrastrando la película, el olor de las cintas, el polvo danzando en la luz de la lámpara… Fue una experiencia que cautivó mi alma. Recuerdo aún la primera vez que proyecté uno de mis trabajos: supe de inmediato que esa técnica se convertiría en mi lenguaje.

Ahora, después de 25 años, sigo experimentando la misma emoción, el mismo sentido de asombro cada vez que se enciende la luz y la imagen cobra vida. Mi estilo nace de esta entrelazado entre experimentación, artesanía y un profundo vínculo con el medio físico del cine, que sigue siendo la base de todo lo que creo.

Has encontrado un equilibrio entre lo analógico y lo digital, pero tu trabajo siempre comienza con la película. ¿Qué proceso sigues para crear tus videoclips? Nos gustaría mucho entender cuál es tu técnica, las herramientas que utilizas y tu método de trabajo.

Cada proyecto comienza con una elección fundamental: el soporte. Decido si filmar material nuevo y, una vez desarrollado, obtener el positivo sobre el que rayar e intervenir, o si trabajar con la técnica del found footage, utilizando películas existentes para manipular. La elección de la película es crucial y depende del tipo de trabajo que estoy realizando. Existen muchas variables: el formato, las perforaciones, el hecho de que la película ya esté impresa o no expuesta. También la marca y la edad de la emulsión son importantes, ya que influyen en el tipo de rascado que se obtendrá, en términos de color, profundidad y línea. Cada detalle cuenta en la creación del resultado final. Una vez seleccionada la película, comienza el verdadero trabajo, que requiere una inmensa dosis de paciencia y dedicación. Es un proceso que te obliga a aislarte, como si el tiempo se detuviera. Para un solo minuto de animación puede llevarse semanas. La meticulosidad es esencial.

En mi cine directo utilizo una amplia gama de técnicas, y cada signo tiene su herramienta dedicada. Para rayar la película, por ejemplo, uso punzones, agujas, kits de dentista, fresadoras eléctricas y Dremel. Pero no se trata solo de rayar: corto, pego y pinto utilizando todo tipo de material disponible. Los colores varían desde pigmentos para vidrio, hasta tintas a base de agua, pasando por colores indelebles. Mi objetivo siempre es aprovechar al máximo lo que el mercado ofrece, manteniendo la creatividad en el centro del proceso.

Un elemento importante de mi trabajo es la colección de transferibles que he acumulado durante los últimos veinte años. Tengo de todo tipo y marca, lo que me permite explorar infinitas posibilidades creativas al intervenir en la película. Cada detalle de mi trabajo nace de una combinación de técnica, experimentación y la voluntad de siempre empujar un poco más allá los límites del material.

 

¿Cómo nació la colaboración con Foscarini? ¿Qué te motivó en este trabajo?

Cuando Foscarini me propuso colaborar, no lo dudé ni un segundo. Recuerdo aún el entusiasmo con el que dije inmediatamente que sí. Ser elegido por una marca que admiro, y al mismo tiempo tener la libertad creativa completa, fue un fuerte estímulo para mí. Vi la oportunidad de explorar nuevas ideas, buscando crear algo que estuviera en sintonía con su mundo, pero que al mismo tiempo llevara mi impronta personal.

Cada vez que se me concede carta blanca, siento que me empuja a superarme, a experimentar y a buscar soluciones visuales que sean sorprendentes y capaces de transmitir emociones. Quería crear una atmósfera que reflejara la esencia de Foscarini, pero que al mismo tiempo llevara un toque único e inesperado, capaz de emocionar tanto a mí como al público. Este tipo de desafío, unir mi visión con la suya, ha sido el motor principal de este proyecto.

 

En el proyecto “What’s in a lamp?” de Foscarini, has transformado fragmentos de una película rayando la película, añadiendo colores y convirtiendo las lámparas Foscarini en parte de la escena de manera surrealista y underground. ¿Podrías contarnos sobre la inspiración y el significado que te guiaron en la creación de esta serie?

Para el proyecto “What’s in a lamp?”, busqué crear una conexión profunda entre la luz y la vida. Cuando comencé a imaginar el proyecto, hice un gesto simple pero simbólico: apagué todas las luces de casa. Luego, una a una, comencé a encenderlas, buscando esa atmósfera perfecta que pudiera abrir un camino creativo. La luz se convirtió en mi guía, y de ahí nació la inspiración para los seis minifilms que creé.

Cada película es única, distinta en color y técnica, pero todas están unidas por una atmósfera íntima y afectiva. Quería contar algo que fuera universal, donde la luz no solo fuera un elemento físico, sino el protagonista mismo: un reflejo de la vida de cada uno de nosotros. Las lámparas Foscarini se convirtieron en parte integral de esta narración, transformándose en símbolos de emociones, recuerdos y momentos de vida vivida. Quería fusionar la materialidad de la película rayada y coloreada con lo surrealista, creando un diálogo entre luz y sombra que contara historias silenciosas pero poderosas.

 

¿Hay alguna película de la serie que prefieras o que por alguna razón te sea más querida?

No tengo una película favorita en sentido absoluto, pero hay una escena que me es particularmente querida: la toma inicial de Spokes. En ese momento se concentra toda la intimidad y el calor que solo un abrazo puede transmitir. El resplandor anaranjado emitido por la lámpara Spokes invade suavemente la habitación, envolviendo a los protagonistas en una luz que no es solo física, sino emocional. Es como si esa luz se ocupase de ellos, protegiéndolos de la oscuridad circundante. Es una escena que habla de conexión, de protección, de ese calor humano que va más allá de las palabras, y es eso lo que la hace tan especial para mí.

 

Los rasguños en la película expresan toda la pasión y la intensidad con la que vives tu arte. ¿Cómo se refleja tu individualidad en tus trabajos? ¿Tienes un ritual cuando creas tus obras?

Los rasguños en la película son, para mí, como una firma, una huella que encierra todo el proceso creativo con su intensidad, sus imperfecciones, y ese trazo vigoroso e instintivo que nace del contacto directo con la celuloide. Cada rasguño, cada signo es un reflejo de un momento preciso de mi vida y de mi estado de ánimo en ese instante. Es como si la película misma llevara consigo una parte de mí, de mi experiencia. No sigo un ritual rígido cuando creo, pero me dejo llevar mucho por el instinto y el flujo del momento. Sin embargo, tengo pequeñas costumbres que me ayudan a entrar en el estado mental adecuado. Busco la soledad, escucho música que me inspira y me sumerjo en un tipo de luz que pueda crear la atmósfera ideal para el viaje que estoy a punto de emprender. Cada creación es un viaje interior, y estas costumbres me ayudan a sintonizarme con las emociones que deseo hacer emerger en mi trabajo.

 

¿Cuál es el papel de la luz en tu arte?

La luz es el corazón palpitante de mi trabajo; sin ella todo permanecería invisible. Es la luz la que da vida a las marcas grabadas en la película, revelando formas, colores, movimientos y emociones. A través de la luz, lo que está oculto en la materia emerge, transformándose en imagen y convirtiéndose en narración. Es un elemento esencial, un puente entre mi gesto creativo y la mirada del espectador. Es la luz la que completa la obra, haciendo visible lo que de otro modo quedaría atrapado en la película.

 

¿Qué importancia tiene la música en tu videoarte, y en particular en la serie “What’s in a lamp?”?

En la serie “What’s in a lamp?”, le pedí al compositor Carmine Calia que se sumergiera en este viaje conmigo. El Maestro Calia creó una banda sonora inolvidable, capaz de convertirse en un verdadero personaje dentro de la narración. Su música no solo acompaña las imágenes, sino que las influye profundamente, dando forma al ritmo de la historia y enriqueciéndola con significados simbólicos. De esta manera, la luz y las formas presentes en la escena adquieren una nueva profundidad emocional. La música se convierte así en un componente esencial, capaz de crear una conexión intensa con el espectador, amplificando las sensaciones y los temas que quiero expresar.

 

¿Tienes artistas de referencia, maestros o influencias significativas en la formación de tu visión artística?

Creo que mi mayor influencia proviene de mi padre. Desde niño, crecí observándolo pintar, y cada vez que hablaba de su arte, sus ojos se iluminaban. Esto me llenaba de alegría y ha instilado en mí un profundo amor por la creatividad. De adulto, sin embargo, tuve la suerte de trabajar con el maestro del cine italiano, Vittorio Storaro. Verlo en acción fue una de las experiencias más extraordinarias de mi vida. De él aprendí la importancia de buscar la belleza en la imagen, una lección que ha moldeado profundamente mi trayectoria artística.

 

¿Cómo cultivas tu creatividad?

Cultivo mi creatividad a través de un constante proceso de experimentación, viviendo como un ermitaño en casa, como si fuera mi guarida. Añadir continuamente algo a la técnica o incluso quitarlo es lo que me impulsa a buscar algo diferente, pero siempre tratando de mantener un signo seguro e inimitable. Este deseo de evolución y búsqueda constante es el motor que me impulsa a cultivar mi trabajo.

 

¿Cómo definirías la creatividad? ¿Qué significa para ti ser creativo?

Para mí, la creatividad es libertad. Es ese flujo continuo que me permite ver el mundo desde diferentes perspectivas y expresarme de maneras únicas, siempre buscando superar mis límites.

Descubre más sobre la colaboración con Bennet Pimpinella y la serie completa en el canal de Instagram @foscarinilamps, y explora todas las obras del proyecto What’s in a Lamp?, donde artistas internacionales son invitados a interpretar la luz y las lámparas de Foscarini.

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La serie de ilustraciones de Mattia Riami para el proyecto “What’s in a Lamp?” transforma las lámparas Foscarini en objetos mágicos, utilizando un toque de surrealismo y fantasía para cambiar las perspectivas y aportar una sensación de asombro a la vida cotidiana.

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Desde una edad temprana, Mattia Riami mostró una pasión innata por el dibujo y las artes visuales, perfeccionando sus habilidades en la Escuela de Arte de Venecia y en el IED de Milán. Su trabajo se distingue por un estilo “rápido, nihilista y nervioso”, complementado por un uso refinado del color que evoca las paletas cálidas y nostálgicas de los anuncios vintage de las décadas de 1940 y 1950.

 

Para el proyecto “What’s in a Lamp?” de Foscarini—donde se invita a artistas, diseñadores y creativos a interpretar la luz a través de las lámparas Foscarini—Riami explora la vida diaria a través de seis ilustraciones que representan escenas de familiaridad ordinaria. Sin embargo, siempre hay un detalle inesperado que altera la perspectiva: las lámparas Foscarini se transforman en nubes, naves espaciales y trompetas, convirtiéndose en el giro que hace que lo ordinario sea extraordinario. Esto crea una atmósfera de libertad y ligereza, animando a ver el mundo con una nueva perspectiva.

“Quería transmitir una sensación de vida cotidiana y transformar, a través del juego, las lámparas en objetos diferentes de lo que son. Me inspiré en sus formas e intenté volver a la infancia. Vi nubes, una nave espacial, una trompeta, un bate de béisbol y mucho más; ¡podría haber continuado este juego indefinidamente!”

Mattia Riami
/ Artista

Las ilustraciones de Riami, a la vez familiares y oníricas, revelan el poder transformador de las lámparas Foscarini de una manera única y original. Al igual que en las ilustraciones, estas lámparas trascienden su funcionalidad básica y convierten cualquier espacio en un entorno que refleja la personalidad de quienes las eligen, contando historias y expresando deseos y emociones.

 

Descubre la serie completa de Riami para “What’s in a Lamp?” en Instagram @foscarinilamps y profundiza en su visión artística en nuestra entrevista.

¿Cómo comenzó tu trayectoria artística? ¿Siempre supiste que el arte sería tu camino?
«Sí, tuve mucha suerte en este aspecto; siempre he dibujado desde que era niño. Dibujaba sin saber que eso se convertiría en mi trabajo, en mi forma de ser y de expresarme: simplemente dibujaba. Dibujaba personajes de Disney, copiaba figuras de libros ilustrados y hacía mis propios libros prototipo engrasando algunas hojas A4 donde montaba mi historia. A medida que crecí, me di cuenta de que esto podía convertirse en algo serio, así que enfoqué mis estudios en las artes visuales, transformando esos juegos infantiles en mi carrera.»

 

¿Qué te motiva a crear y de dónde proviene tu inspiración: curiosidad, búsqueda de significado o pura expresión visual?
«Debo decir que la expresión visual pura me atrae e influye mucho. En la vida cotidiana, estoy cautivado por muchos estímulos visuales—dibujos, ilustraciones, pinturas, carteles y más—y esto afecta mi deseo de dibujar simplemente para expresar formas y colores que emergen en mí. Sin embargo, durante la fase de diseño, todas estas formas toman un significado, y disfruto construir una historia detrás de cada proyecto, como hice para ‘What’s in a Lamp?’.»

 

Tu estilo gráfico es distintivo y reconocible. ¿Cómo describirías tu estilo y cómo ha evolucionado con el tiempo?
«Lo describiría con algunas de las palabras que otros han utilizado para describírmelo: ‘una línea rápida, nihilista y nerviosa’. Confirmo, siempre tengo una relación muy física con mi trabajo, ya sea en papel o con pinceles digitales. Utilizo los lápices con energía en el papel, a veces incluso perforándolo accidentalmente o temiendo dañar la pantalla. Me gusta que el trayecto que toma mi mano para dibujar esa línea sea perceptible, y siento una fuerza misteriosa que me impulsa a dibujar o colorear de una manera específica. Mi enfoque siempre ha sido así, influenciado por mis profesores en el IED de Milán, pero se ha refinado con el tiempo a través del estudio y la investigación.»

 

En esta serie, representas escenas de familiaridad cotidiana, especialmente doméstica, donde las lámparas se convierten en elementos transformadores que alteran mágicamente la percepción de la escena, creando interpretaciones nuevas, inesperadas y surrealistas. ¿Puedes contarnos más sobre la inspiración detrás de este trabajo?
«¡Claro, esa fue la parte más divertida! Quería transmitir una sensación de vida cotidiana y transformar, a través del juego, las lámparas en objetos diferentes de lo que son, como si los personajes de las ilustraciones se sorprendieran al descubrir que una lámpara se parece a otro objeto o tiene otro uso. Como cuando éramos niños y usábamos un tubo vacío de papel de cocina como telescopio o megáfono. Me inspiré en las formas de las lámparas e intenté volver a la infancia. Así que, vi nubes, una nave espacial, una trompeta, un bate de béisbol, y mucho más; ¡podría haber continuado este juego indefinidamente!»

 

¿Cuáles son tus ilustraciones favoritas de esta serie y por qué?
«Mi favorita absoluta es NUEE porque creo que capturó perfectamente la mezcla de surrealidad y realidad que buscaba. También me encanta mucho MITE por la misma razón y LE SOLEIL por su atmósfera de libertad y ligereza.»

Es notable cómo, con solo unos pocos trazos, tus ilustraciones cuentan historias completas, vidas, situaciones y emociones. ¿Puedes explicar el aspecto narrativo de tu proceso creativo?
«Instintivamente, siempre uso la figura humana en mi trabajo; es raro que cree un paisaje sin personas u otros sujetos. El ser humano se convierte así en el protagonista de mis obras, y sus emociones forman la base sobre la que construyo mis historias. A través de los protagonistas, podemos leer e inferir lo que está sucediendo, cuál es la historia, y las situaciones y eventos que la caracterizan. Pienso en la ilustración para la lámpara TOBIA, donde vemos una pareja que acaba de mudarse y empieza a desempacar cajas, con la alegría y emoción de un nuevo hogar, usando la lámpara como trompeta para celebrar la euforia del momento. Pero también podría ser simplemente nuevas compras para la casa; la atmósfera es la misma, y el espectador ve lo que más resuena con su propia experiencia.»

 

¿Qué es lo que más te interesa de la realidad que te rodea?
«Es difícil de decir; ciertamente, la naturaleza me fascina y me gustaría conocerla y explorarla más: las formas de las plantas, hojas, flores, nubes—son verdaderas arquitecturas naturales o trabajos de diseño. También siempre me intriga y atrae la comunicación visual en general: mi ojo siempre capta carteles, portadas de libros y todo lo visual. Tomo muchas fotos con mi teléfono para recordarme estudiar más tarde lo que captó mi atención.»

 

¿Cómo describirías tu relación con el color en tu trabajo como ilustrador? ¿Qué guió tus elecciones de color para la serie ‘What’s in a Lamp?’?
«Mi relación con el color se ha renovado en los últimos años. Hace un tiempo, después de mis estudios, dibujaba principalmente en blanco y negro, añadiendo solo ocasionalmente toques de color. La influencia de las numerosas ilustraciones coloridas que veía a mi alrededor ciertamente despertó en mí el deseo de colorear mis propias obras. También creo que me influyó el espléndido trabajo de Jean-Charles de Castelbajac, un maestro que fue mi director artístico durante más de dos años. Me fascinan los anuncios ilustrados vintage de las décadas de 1940 y 1950; siempre me ha encantado el estilo de esa época, y siempre he visto películas en blanco y negro de ese período. Me encanta ver las manos sosteniendo cigarrillos blancos, la ropa, los sombreros y la moda de esos tiempos. Esto ha influido en cómo dibujo a los personajes, tanto masculinos como femeninos, de manera contemporánea y moderna pero con un toque de ese pasado. La paleta de colores que usé para ‘What’s in a Lamp?’ refleja esos viejos anuncios; estudié matices que también transmiten cierta calidez.»

 

Además de las fuentes de inspiración que has mencionado, ¿hay algún maestro que haya influido particularmente en tu visión artística?
«Cuando hablo de grandes maestros, pienso en Egon Schiele, Picasso y Jean-Michel Basquiat, especialmente, así como en Keith Haring, quien es uno de mis ídolos absolutos por su personalidad más que por su estilo. Los artistas contemporáneos como Marlene Dumas también me han influenciado. Los cómics, especialmente las novelas gráficas, y los ilustradores como Adelchi Galloni, quien fue mi profesor en el IED de Milán, también han tenido un impacto significativo en mí.»

 

¿Tienes algún ritual o hábito particular cuando trabajas en tus ilustraciones?
«Mi método implica una investigación inicial y reflexión sobre lo que el proyecto pretende lograr. Esto lleva a las primeras ideas, que anoto rápidamente o bosquejo en diarios que guardo, realmente solo garabatos incomprensibles para captar la idea. Luego, paso a borradores más elaborados y finalmente a la pieza final. La historia se construye en las dos primeras fases.»

 

¿Qué significa para ti la creatividad?
«Creo que la creatividad es la capacidad de ver el mundo de manera diferente, imaginar posibilidades más allá de lo ordinario y transformar ideas abstractas en una realidad tangible. Es un proceso dinámico que involucra intuición, inspiración y expresión personal, pero también a veces disciplina y esfuerzo constante para mejorar; ¡no siempre es fácil!»

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La célebre autora e ilustradora infantil Antje Damm enriquece el proyecto “What’s in a Lamp?” de Foscarini con encantadores dioramas en los que las lámparas son protagonistas de narraciones sugerentes, que cobran vida dentro de cajas de cerillas.

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Antje Damm, artista originaria de Wiesbaden, Alemania, se ha destacado en el campo de la literatura y la ilustración para niños. Arquitecta de formación, luego cambió de dirección dedicándose a la escritura e ilustración de libros infantiles, obteniendo reconocimientos internacionales como el “Best Illustrated Children’s Books” del New York Times / New York Public Library.

Antje lleva su original visión artística al proyecto editorial “What’s in a Lamp?” de Foscarini, creando una serie de intrincados dioramas dentro de pequeñas cajas de cerillas. Mundos diminutos que fascinan por su carácter juguetón y despreocupado y, al mismo tiempo, logran reflejar el alma y el carácter de las lámparas Foscarini que los habitan. “Las lámparas no son simples fuentes de luz; son objetos físicos, escultóricos, capaces de enriquecer los espacios de vida”, explica la artista. “Una buena iluminación es esencial en cualquier entorno, y no solo por la funcionalidad. Ha sido estimulante y emocionante imaginar ambientes y situaciones en sintonía con cada lámpara, mezclando situaciones cotidianas con otras, más inesperadas y especiales.”

En la creación de estas escenas miniaturizadas, la artista logra equilibrar hábilmente la libertad expresiva de la ilustración con un enfoque experimental y meticuloso que evoca su formación como arquitecta. Cada escena está cuidadosamente construida combinando técnicas como el dibujo, el collage y el tallado en papel con el propósito de crear una experiencia narrativa evocadora e inmersiva. En su interpretación, por ejemplo, la lámpara de pie Havana encuentra su lugar en un bosque con un toque casi mágico, mientras que Orbital se convierte en el punto focal de una escena doméstica con su “diseño fantasioso y único que me recuerda los muebles cinéticos de Calder, que adoro”, explica Antje. En otro diorama, la suspensión Big Bang es un contraposición dinámica y escultórica a una obra de arte expuesta en una galería.

“La dificultad y la satisfacción de este proyecto residen en capturar la esencia de cada lámpara en el espacio limitado de una caja de cerillas. Cada escena cuenta una historia, evoca emociones y transmite el carácter único de la lámpara.”

Antje Damm

Descubre todos los dioramas de Antje Damm en el perfil de Instagram @foscarinilamps y sumérgete en su fascinante trayectoria artística a través de nuestra entrevista.

¡Hola Antje! Cuéntanos algo sobre tu trayectoria artística, ¿qué te llevó a seguir este camino?

El dibujo y la pintura siempre han sido mi forma de expresión y reflexión sobre mí misma, una pasión que cultivo desde niña. Después de trabajar como arquitecta durante varios años, comencé a escribir e ilustrar libros infantiles hace unos 20 años, casi por casualidad. Al final, tuve que decidir dónde concentrar mis energías porque gestionar ambas cosas, especialmente con cuatro hijos, se volvió demasiado exigente. Ser artista, autora e ilustradora es el trabajo de mis sueños. Me permite trabajar con gran libertad e independencia, explorando constantemente nuevos caminos porque soy naturalmente curiosa y me encanta experimentar nuevas ideas. Cada libro es único y representa un nuevo desafío, y dar una interpretación visual a una idea siempre conlleva riesgos.

 

¿Tu formación en arquitectura ha influido en tu enfoque hacia la narración visual y la ilustración?

Fundamentalmente, desarrollar un concepto arquitectónico y un concepto para un libro presentan muchas similitudes. Durante mi tiempo como arquitecta, construí muchos modelos y los exploré en detalle, una experiencia que ahora aplico también a algunas de mis creaciones artísticas, cuando construyo entornos en papel y cartón para luego fotografiarlos. Es un enfoque lúdico, experimental y libre, que me permite hacer cambios, ajustes e integraciones fácilmente, y luego enfocar el resultado en la fotografía. Me gusta mucho trabajar en tres dimensiones.

 

Tu forma de mezclar diversas técnicas artísticas es particular y distintiva, ¿cómo describirías tu estilo?

Definir mi estilo es complejo porque varía según el proyecto. Experimento con técnicas como el dibujo, el collage y la ilustración digital, adaptándome a la historia que estoy contando. Recientemente, he explorado el uso de los cortes en papel por su naturaleza evocadora y abstracta, una característica que se ha revelado perfectamente en sintonía con la historia que estaba ilustrando.

 

¿Cómo surgió la idea de usar las cajas de cerillas como lienzo?

Durante la pandemia de COVID-19, todos mis tours programados para la presentación de libros fueron cancelados, dejándome con mucho tiempo libre. Fue entonces cuando se me ocurrió crear estos pequeños dioramas dentro de las cajas de cerillas. Desde el principio, muchas personas se entusiasmaron con mis miniaturas y para mí es divertido construirlas. Es una actividad relajante pero también estimulante, porque siempre es un desafío contar una historia en un espacio tan limitado.

 

¿Tienes una rutina creativa? ¿Cómo cultivas la inspiración y superas los desafíos en el proceso artístico?

Trabajo desde casa, y a veces el espacio puede parecer un poco limitado. Afortunadamente, vivo cerca de un bosque, y la naturaleza juega un papel fundamental para estimular mi creatividad. Paso mucho tiempo al aire libre, maravillándome de los cambios de las estaciones, recogiendo hongos y observando plantas y animales. A menudo visito exposiciones, en busca constante de nuevas ideas e inspiración.

 

En tu serie para “What’s in a Lamp?” las lámparas Foscarini son protagonistas dentro de escenas de cotidianidad narradas en el espacio limitado de una caja de cerillas. ¿Cómo lograste integrar las lámparas de Foscarini en estas pequeñas narraciones y qué desafíos o satisfacciones encontraste?

El diseño de muebles y lámparas siempre me ha fascinado y ha sido una parte significativa de mi trabajo como arquitecta. Amo todas las cosas bellas y las lámparas, en particular, son para mí mucho más que simples fuentes de luz. Son objetos físicos, casi esculturas, que realmente pueden enriquecer los espacios en los que vivimos. Me gusta detenerme a observarlas. Una buena iluminación es esencial en cualquier ambiente; nos acompaña y hace el espacio funcional, pero es mucho más que eso. Ha sido estimulante y emocionante imaginar ambientes y situaciones en sintonía con cada lámpara, mezclando escenas cotidianas con momentos más inesperados y especiales.

¿Qué te inspiró en este proyecto?

La dificultad y la satisfacción de este proyecto residen en capturar la esencia de cada lámpara. ¿Qué emociones y pensamientos suscita? ¿Cuál es el entorno ideal para resaltar su belleza? Por ejemplo, de inmediato imaginé que la lámpara Havana sería perfecta en un contexto natural, acorde con su encanto ancestral.

 

¿Cómo elegiste las lámparas para incluir en estas escenas en miniatura?

Elegí las lámparas que más me impactaron. Big Bang es una escultura interesante que siempre parece diferente. También elegí una lámpara pequeña y simpática, como Fleur, porque muestra el amplio y fascinante espectro que las lámparas pueden abarcar.

 

¿Tienes una obra favorita en la serie “What’s in a Lamp?”?

Me gusta mucho la caja con la lámpara Orbital. Es mi lámpara favorita por su diseño fantasioso y único, que me recuerda a los muebles cinéticos de Calder, que adoro.

 

En general, ¿cuál es tu cosa favorita para retratar?

Amo retratar escenas naturales y pequeños entornos con una atmósfera especial.

 

Tu arte tiene un encanto universal que va más allá de las barreras lingüísticas. ¿Cómo logras combinar ilustración y narración en tu proceso creativo?

Cuando creas un libro para niños, la clave está en contar historias a través de imágenes que enriquecen y completan el texto escrito, planteando preguntas o a veces incluso contradiciéndolo. Lo fantástico es que cualquiera puede “leer” las imágenes, independientemente del idioma que hable.

 

La selección de colores es crucial en tus obras. ¿Cómo decides la paleta y qué papel juega en transmitir la atmósfera de tus trabajos?

Los colores son vehículos de emociones que utilizo de manera muy intuitiva, sin pensar demasiado. En mi libro ilustrado “El huésped inesperado” son precisamente los colores los que construyen la historia: un niño visita a una anciana, llevando un toque de color a su vida gris.

 

Tus trabajos presentan una perspectiva única sobre la realidad. ¿Qué es la creatividad para ti y cómo la cultivas?

Es un enfoque fundamental en la vida en general: la creatividad va más allá del arte, es un aspecto esencial de mi vida, tanto personal como profesional. Se trata de buscar constantemente soluciones, explorar nuevos caminos, incluso y sobre todo en los momentos difíciles, y encontrar belleza y significado en todo lo que me rodea. Y tiene mucho que ver con la esperanza.

Francesca Gastone tiene un talento para mezclar elementos de la realidad en extraordinarias obras de collage digital que inspiran asombro y alegría. En su última serie, parte del proyecto “What’s in a lamp?”, las lámparas Foscarini se convierten en el impulso de sugestivos micro-mundos, donde se crean y animan escenas de la vida cotidiana.

Francesca Gastone, graduada en Arquitectura por el Politécnico de Milán y con una especialización en ilustración editorial, encuentra inspiración en sus experiencias en metrópolis como São Paulo y Hong Kong. Sus ilustraciones capturan la esencia de las interacciones humanas, las emociones, la singularidad de cada individuo en la multitud, mientras que su formación en arquitectura se refleja en la cuidadosa gestión del espacio y la composición.

En su serie para “What’s in a lamp?”, Francesca Gastone ilustra, con la técnica del collage digital, relatos de vida que toman forma alrededor de una selección de lámparas de la colección Foscarini. En estas sugerentes ilustraciones, cada lámpara ilumina episodios de la vida cotidiana en micro-mundos que resultan familiares y surrealistas al mismo tiempo, desarrollando narrativas en las que es natural sumergirse y delineando protagonistas con los que identificarse. Historias visuales que, como puentes hacia las lámparas que las animan, trazan caminos que nos acercan a su luz.

“El tiempo se despliega en una secuencia de mañanas, tardes, noches y días; las lámparas aparentemente permanecen inalteradas, sin embargo, poseen esta notable habilidad de iluminar y cobrar vida, transformando el espacio y la vida que las rodea; la única diferencia aquí: se magnifica en una escala diferente.”

Francesca Gastone

En nuestra entrevista exclusiva, Gastone ofrece ideas sobre su proceso creativo, trazando su trayectoria desde una fascinación infantil por el dibujo hasta su evolución como ilustradora y arquitecta. Ella profundiza en la inspiración detrás de su colaboración con Foscarini, compartiendo las influencias que moldean su visión artística.

¡Hola, Francesca! ¿Puedes contarnos algo sobre ti y tu trayectoria artística? ¿Cuándo comenzaste a dibujar y cuándo te diste cuenta de que querías convertirte en ilustradora?

El dibujo siempre me ha resultado natural, y mi amor por el arte en todas sus formas me llevó a graduarme de una escuela de arte y luego seguir una carrera en arquitectura. Comencé a trabajar como arquitecta en Italia y luego en São Paulo, Brasil, y Hong Kong. Mi primer acercamiento a la ilustración surgió casualmente por la necesidad de resolver problemas de diseño interior. Durante mi estadía en São Paulo, una ciudad culturalmente rica, encontré terreno fértil para adentrarme en este mundo: comencé a comprar cada vez más revistas y libros ilustrados, a asistir a talleres y cursos, pero tenía muy poca conciencia de cómo la ilustración podría convertirse en una verdadera profesión. El nacimiento de mi hija Olivia coincidió con mi mudanza a Hong Kong. Este tiempo, caracterizado por ritmos lentos pero intensos, descubrimiento, curiosidad y una verdadera inmersión en los libros ilustrados, fue un punto de inflexión. Un día tomé un avión a Shanghái y pasé tres días mostrando mis obras (en ese momento, aún muy rudimentarias) en la Feria del Libro Infantil de Shanghái. No reuní mucho, pero entendí que era un camino real y alcanzable, y la ilustración se convirtió en una necesidad. Sin embargo, sentí que me faltaban bases sólidas, así que en 2021 decidí inscribirme en un programa de maestría en Milán. A partir de ese momento, mi perspectiva sobre esta profesión cambió, y me di cuenta de que la ilustración encapsulaba en la medida correcta todo lo que amaba.

 

¿Cómo coexisten y se influencian mutuamente las dos almas de Francesca Gastone, la arquitecta y la ilustradora?

Coexisten y se influyen mutuamente constantemente hasta el punto de que a veces es difícil distinguir dónde termina una y dónde comienza la otra. Recuerdo que a los 7 años solo dibujaba techos y tejas, y mi maestra bromeó diciéndole a mi madre que me convertiría en arquitecta. Ya sea por su confianza inquebrantable en su juicio o por una inclinación genuina que me motivó, tomé esas palabras como una revelación, como si hubiera recibido un regalo, y el camino por delante milagrosamente se volvió claro. La imagen del arquitecto me parecía mágica e increíblemente potente; nadie en mi familia se había aventurado nunca en este campo. Esta anécdota aún me hace sonreír hoy, y creo que la arquitectura sigue siendo una de mis mayores pasiones; le debo mucho. Sin embargo, con el paso de los años, y después de vivir en tres continentes con enfoques diferentes sobre el trabajo del arquitecto, me di cuenta de que ese papel a menudo me parecía restrictivo. La ilustración de alguna manera resolvió muchas cosas que estaban sin resolver en mí, pero la verdad es que me siento como una arquitecta incluso cuando estoy ilustrando. La escuela de arquitectura me inculcó un método que aplico casi subconscientemente a todos los aspectos de mi vida profesional. Es un equipaje invaluable pero a veces también pesado que a menudo me atrapa en patrones de los que me resulta difícil liberarme.

 

¿Cómo describirías tu estilo artístico y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo?

En realidad, comencé haciendo lo que siempre hacía en arquitectura, pero en lugar de planos y dibujos técnicos, comencé a crear estructuras imaginarias y metafóricas y a darles vida. La arquitectura no se trata solo de edificios; es una herramienta para explorar cualquier tema, ya que resuena dentro de todos nosotros. Los seres humanos pueden habitar no solo espacios físicos, sino también emociones, sensaciones e ideas. Tenemos el poder de decidir cuánto de nosotros mismos invertir, ya sea para llenar un espacio o dejarlo vacío, creando un vacío, un silencio, tanto física como conceptualmente. Eso es lo que me impulsa. A menudo, como con Foscarini, juego con los contrastes, convirtiendo los objetos en pequeños mundos habitados. La sorpresa resultante es mi indicador de éxito; si logro evocar asombro, entonces sé que he hecho un buen trabajo. Otro aspecto crucial es el collage: aunque a veces abstraigo elementos para transmitir rápidamente un tema, siempre incorporo personajes y objetos reales. Esta conexión con la realidad es vital para mí, y elijo meticulosamente sus expresiones, posiciones y miradas.

¿Cuál es tu mayor fuente de inspiración diaria y cómo cultivas tu creatividad?

Sin duda, las personas y su diversidad son mi principal fuente de inspiración. Mis ilustraciones rara vez gritan un mensaje directo, convirtiéndose en una especie de manifiestos. Más bien pintan una imagen de un futuro ideal para mí. Principalmente presentan personas; el elemento humano es esencial para interpretar la imagen en sí. Vivir en metrópolis bulliciosas como São Paulo y Hong Kong ha agudizado mi percepción de la vida de los demás, permitiéndome reconocer la singularidad dentro de la multitud. Tal vez por eso me encantan las grandes ciudades: este sentido compartido de identidad es más común y parece tangible, casi necesario. Cultivo mi creatividad observando y capturando continuamente sujetos, lugares y atmósferas a través de la fotografía; mi ordenador está lleno de innumerables carpetas de imágenes que reviso y utilizo según sea necesario. Sin embargo, nada de esto sería posible sin un estudio continuo y una curiosidad insaciable por el pasado (lo que ya se ha hecho, los maestros, el bagaje que llevamos) así como por el presente. Vivimos en una era donde los estímulos son excesivos y están por todas partes, y debemos desarrollar nuestra propia perspectiva crítica. Creo que esto es extremadamente importante.

 

Cuéntanos sobre la colaboración con Foscarini.

Foscarini ha sido una presencia constante en mi vida como arquitecta, desde sus productos hasta Inventario. Colaborar con ellos es lo que llamaría un “proyecto de ensueño” – es la fusión perfecta de todo lo que aprecio.

 

En el proyecto “What’s in a lamp?” para Foscarini, creaste fascinantes ‘micro-mundos’ alrededor de las lámparas de la colección. ¿Puedes contarnos más sobre la inspiración detrás de esta serie?

El punto de partida fueron los productos Foscarini en sí mismos. Quería que ocuparan un lugar central en la narrativa, así que comencé a examinarlos en términos de su juego de llenos y vacíos, cada uno con su propia vida definida por el tiempo y la luz – ya sea natural o artificial – y las sombras resultantes. Parecía casi instintivo imaginarlos como arquitecturas en miniatura alrededor de las cuales gira la vida. El tiempo se desarrolla en una secuencia de mañanas, tardes, noches y noches; las lámparas mismas parecen permanecer sin cambios, pero poseen esta capacidad notable de iluminar y cobrar vida, transformando sutilmente el espacio y la vida a su alrededor. Es un encantamiento sutil, una reflexión sobre la magia cotidiana que nos rodea – la única diferencia aquí: está magnificada a una escala diferente.

 

¿Hay objetos que, al igual que las lámparas Foscarini en tu serie, representan puntos fijos, presencias constantes alrededor de las cuales se desarrollan tus experiencias diarias?

He vivido en numerosas casas y tengo una relación complicada con la noción de hogar en sí misma (quizás aquí provenga mi obsesión por la vivienda), y con el tiempo, me he vuelto cada vez más selectiva en la elección de los objetos que me rodean. Sin embargo, el constante, el “ancla” en cada una de estas casas, creo, siempre ha sido la mesa del comedor. La vida en toda la casa gira en torno a esa mesa – desde las comidas hasta la preparación, desde el estudio hasta el trabajo, desde la experimentación hasta el juego, desde la conversación hasta la hospitalidad. De hecho, actualmente ocupa casi toda la casa. Si tuviera que señalar objetos específicos que me hayan acompañado en estas once casas, todos son objetos pequeños y fáciles de transportar: una figura de madera del Espíritu Santo, un regalo de un amigo; un libro de Zumthor; una vieja foto de mi abuelo capturando el florecimiento de una planta suculenta; una grabado de un grupo de araucarias brasileñas. Es como una pequeña Wunderkammer portátil.

 

¿Puedes profundizar en el aspecto narrativo de tu proceso creativo?

La narración detrás de cada pieza es crucial y desempeña un papel significativo; enriquece y da forma al trabajo en sí. Decidir qué decir, en qué medida, cómo expresarlo y qué tono adoptar influye en todas las decisiones formales subsiguientes, desde la composición hasta la paleta de colores. Personalmente, las obras que prefiero son aquellas que no buscan proporcionar respuestas definitivas, sino provocar preguntas. Creo que las ilustraciones creadas para Foscarini ejemplifican este enfoque: retratan la vida que se desenvuelve alrededor de las lámparas, pero no nos dan instrucciones sobre cómo deberíamos interactuar con ellas. En cambio, nos invitan a reflexionar, a vernos en ellas, y a reflexionar sobre qué papel podríamos haber jugado, qué momentos del día resuenan con nosotros y qué tipo de luz nos hace sentir más cómodos. Sirven como un vínculo con las lámparas representadas, delineando caminos que nos acercan a ellas y nos hacen querer participar en este carrusel de la vida.

 

¿Cuál es tu ilustración favorita dentro de este proyecto, y qué significa para ti?

Cada una de estas ilustraciones ha sido un viaje personal para mí, pero debo decir que tengo un cariño especial por la noche de Cri Cri. Es la única lámpara que representé iluminada durante las horas nocturnas porque su parecido con una pequeña linterna evocaba de inmediato el encanto de una noche llena de vida. En este momento íntimo y mágico, un niño está cautivado, absorto en las páginas de un libro, haciendo que el espacio se sienta vivo de posibilidades.

 

¿Cuál es tu tema favorito para dibujar?

Los niños son mi tema favorito para dibujar, por varias razones. En primer lugar, transmiten sin esfuerzo conceptos y emociones, ya que sus actividades a menudo encapsulan ideas complejas de manera simple e inmediata. Su juego sirve como metáfora de la vida misma. Además, son un placer de dibujar; Me han dicho que sonrío mientras los bosquejo. En resumen, son el mejor antidepresivo.

 

¿Qué es la creatividad para ti?

Responderé ecoando el verbo que elegiste en las preguntas anteriores para hablar de la creatividad: cultivar. Creo que este verbo encapsula perfectamente su esencia: está viva. La creatividad demanda nutrición diaria, atención y cuidado, pero también la capacidad de hacerla crecer y brillar. Una capacidad que está vinculada a la preparación, así como a una predisposición innata.

Déjate llevar al mundo de los collages ilustrados de Francesca Gastone y descubre toda la serie en el canal de Instagram @foscarinilamps.

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Design, arte y experimentación con la artesanía: Foscarini presenta HABITUS, un nuevo proyecto de investigación que toma forma en una exposición y cuenta el privilegio de una absoluta libertad creativa.

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En ocasión de la Semana del Diseño de Milán 2024, Foscarini presenta en Foscarini Spazio Monforte un nuevo y audaz proyecto de experimentación entre arte, diseño e iluminación. Siguiendo la línea de lo presentado con “Battiti” en 2022, HABITUS es una intervención de pura investigación que se mueve en el espacio de las posibilidades entre la idea y el producto, donde Foscarini se enfrenta libremente con la creatividad, dándose una vez más la oportunidad de explorar diferentes direcciones en el mundo de la luz, sin preocuparse por los límites naturalmente impuestos por una producción en serie.

La investigación de HABITUS, en colaboración con el artista y diseñador Andrea Anastasio, abarca los territorios de la alta costura y el bordado de Arun Jothi y Natalie Frost, creativos de Amal que realizan, tanto en India como en Roma, las refinadas y a menudo audaces decoraciones de los vestidos de alta costura. Perlas, lentejuelas y tiras de PET cortadas con láser son los materiales con los que Foscarini ha experimentado para observar las reacciones de la luz cuando la curiosidad de Anastasio la combina con sus texturas cambiantes e impredecibles.

“Para una empresa, tomarse el tiempo para reflexionar, tejer conexiones e intentar incursiones creativas en otros mundos es un gran privilegio. Pero también es una elección natural para nosotros: ir más allá de nuestra zona de confort es parte de quienes somos.”

CARLO URBINATI
/ PRESIDENTE Y FUNDADOR DE FOSCARINI

Las piezas que componen la exposición HABITUS, que se puede visitar en Foscarini Spazio Monforte del 16 al 30 de abril de 2024, no son lámparas y son realizadas por un artista combinando el know-how de una empresa y la habilidad de un taller.

E-BOOK

HABITUS —
Foscarini Artbook series #2
Research & Developement

Descarga el exclusivo e-book ‘Foscarini Artbook series — Habitus’ para profundizar en esta exploración libre que combina el saber hacer de una empresa y la artesanía de un taller, para imaginar nuevos lenguajes expresivos, significados y formas de experimentar la luz. Análisis críticos de Carlo Urbinati, Andrea Anastasio y Kassia St. Clair. Fotografías de Massimo Gardone y Karan Kumar Sachdev.

Fausto Gilberti, conocido por su estilo minimalista poblado de figuras estilizadas de grandes ojos y cuerpos esbeltos, ha creado una nueva serie en el proyecto editorial «What’s in a Lamp?» de Foscarini.

Fausto Gilberti es un artista polifacético: pintor, dibujante y autor de libros que relatan el arte con ironía y curiosidad, especialmente el arte contemporáneo y conceptual. Su estilo distintivo, a caballo entre la pintura y el dibujo, entre la gráfica y la ilustración, cuenta historias mediante imágenes en las que personajes estilizados de grandes ojos emergen sobre un fondo blanco indefinido, creando escenarios únicos e inmediatamente reconocibles.

Los icónicos hombrecitos se mueven en un espacio etéreo donde interactúan con las lámparas Foscarini, creando situaciones irónicas y surrealistas. Un trazo minimalista y sintético, resultado de años de investigación para encontrar un signo gráfico personal y universal que represente la figura humana reducida a su mínima expresión. En ello encuentra un hilo conductor común con el diseño de las lámparas Foscarini: la búsqueda de la síntesis, la eliminación de lo superfluo para alcanzar lo esencial. Gilberti afirma: «Con el diseño he buscado siempre la simplicidad de las formas y la pureza de los signos. También he encontrado estos elementos formales en las lámparas Foscarini. Al diseñarlas, me di cuenta enseguida de que su forma estaba en perfecta armonía con la de mis figuras».

En esta serie inédita de dibujos, el arquetípico hombrecillo de Gilberti interactúa con las lámparas de la colección Foscarini, sosteniéndolas, abrazándolas y sumergiéndose figurativamente en su luz y su forma. Una mirada única sobre la relación íntima entre el individuo y la luz.

Las ilustraciones en blanco y negro son vibrantes y expresivas; pequeños detalles caracterizan a los estilizados personajes, y las lámparas –la única nota de color– ayudan a delinear la personalidad del personaje que interactúa con ellas, de la misma forma que, cuando las elegimos para nuestros hogares, dicen algo sobre nosotros.

Sigue el proyecto «What’s in a Lamp?» en Instagram para descubrir toda la serie y leer nuestra entrevista exclusiva con el artista Fausto Gilberti, conocer sus fuentes de inspiración, su investigación artística y saber más sobre su colaboración con Foscarini.

¿Cómo comenzó tu aventura artística? ¿Siempre intuiste que el arte habría sido tu camino? ¿Cuál fue tu primera experiencia significativa en este mundo?

De niño, veía pintar a mi hermano Mario y le imitaba. Mario es mucho mayor que yo, y solía llevarme a sus exposiciones por Italia y a ciudades de arte para ver a pintores antiguos. Actualmente, el que más le gusta es todavía Fra Angelico.

Era el 1987 y yo iba a la escuela de arte. Durante la clase de geometría, estaba completando a escondidas un dibujo que representaba a varios cientos de hombrecillos que llenaban por completo una pequeña hoja de papel. En un momento dado, el profesor se dio cuenta de que no estaba escuchando la lección. Así que se acercó a mí con aire amenazador y descubrió que estaba dibujando para mí mismo. Pero sin embargo, sorprendió a mí y a todos mis compañeros, al decirme, en lugar de reñirme: «Muy bien Gilberti, sigue así».

Ese dibujo, que todavía conservo, es una composición de 562 hombrecillos de dos centímetros y medio de altura, dispuestos en diez filas. Todos distintos. Se titula: «La suora» (la monja). Ese episodio representa para mí el principio de todo.

 

¿Qué te motiva a crear? ¿Tu inspiración depende de la curiosidad, de la búsqueda de significado o de la pura expresión visual?

Me atraen todas las imágenes que veo, no sólo las artísticas. Me interesan incluso las que se publican en las redes sociales o en una revista de papel satinado. Incluso las descritas por un texto literario, las proyectadas en una película o las evocadas al escuchar música. Cualquier imagen que me atraiga puede ser una fuente de inspiración.

 

Tu estilo minimalista y sintético, con personajes estilizados por sus ojos grandes y aturdidos, se ha convertido en tu marca de fábrica. ¿Cómo has desarrollado este estilo tan característico?

Ha sido un proceso lento de síntesis y reducción de mi signo.

Como ya he dicho, hace unos años solía dibujar figuras humanas repletas de detalles. Cada hombrecillo era distinto de los otros. Cada uno tenía características únicas: eran personajes. Ahora, en cambio, el hombrecillo que dibujo es una representación del hombre en clave universal reducida a su mínima expresión.

 

Hablamos del proyecto con Foscarini «»What’s in a Lamp?». ¿Qué te ha inspirado especialmente en esta colaboración? ¿Cuál es tu obra favorita dentro de este proyecto y qué significado tiene para ti?

Con el dibujo he buscado siempre la simplicidad de las formas y la pureza del signo. También he encontrado estos elementos formales en las lámparas Foscarini. Al diseñarlas, me di cuenta enseguida de que su forma estaba en perfecta armonía con la de mis figuras.

Entre los diseños que he realizado, mi favorito es el de la lámpara Gregg. Quería transmitir la dulzura, la poesía y la elegancia de esa lámpara. Y el tema del abrazo me vino casi de forma automática.

A pesar de tu estilo minimalista, muchas de tus obras consiguen contar, con unos pocos trazos, historias enteras, vidas, situaciones y emociones. ¿Puedes explicar con mayor detalle el aspecto narrativo de tu proceso creativo?

A veces es suficiente cambiar el grosor de una línea para que el dibujo cambie de aspecto y de significado. Poner sobre el papel signos, formas y colores es un poco como componer una pieza musical, las notas son siempre las mismas, pero tienes infinitas posibilidades de combinarlas, con poco basta y la música cambia.

 

¿Cuáles son las fuentes de inspiración que guían tu trabajo? ¿Qué encuentras fascinante en la realidad que te rodea y cómo se refleja en tu estilo?

Siempre me ha gustado la pintura medieval y de principios del Renacimiento, y he intentado componer siempre mis obras inspirándome en las características formales de estos periodos artísticos: el simbolismo, la esencialidad y el estatismo de la pintura medieval; la armonía, el equilibrio y la fuerza narrativa de la renacentista. Me he formado a nivel artístico en el mundo del arte contemporáneo, pero al mismo tiempo he seguido y estudiado siempre otros sectores creativos.

Hace unos años, una de mis principales fuentes de inspiración era la música, los vídeos musicales, las portadas de discos, así como las imágenes en las que se inspiraban algunos géneros musicales. En aquella época pinté muchos cuadros sobre ese tema y publiqué un libro con unos 200 dibujos.

A menudo me ha inspirado también el cine: en el 1999 cree, para una de mis primeras exposiciones personales, una serie de obras (óleos sobre lienzo, dibujos y pinturas murales) inspiradas en Twin Peaks, de David Lynch.

Estoy convencido de que todos los artistas hablan siempre de sí mismos, de que su obra es siempre «autobiográfica». En mi obra se reflejan todas las experiencias de mi vida, mis pasiones e incluso mis obsesiones.

 

Tu has creado una serie de libros ilustrados junto con Corraini Edizioni que narran la vida de varios artistas, como Piero Manzoni, Banksy y Yayoi Kusama. ¿Por qué has decidido narrar la vida y obra de otros artistas y qué importancia tiene hacerlo a través de la lente de un colega artista? ¿Cómo se refleja en estas biografías tu enfoque artístico?

El primer libro de la serie sobre artistas contemporáneos surgió casi por casualidad. La idea se me ocurrió cuando estaba visitando en el 2014 la muestra de Piero Manzoni en Milán. También había traído conmigo a Emma y Martino (mis dos hijos, que entonces tenían 7 y 8 años), aunque temía que se pudieran aburrir. Los vi pasear por las salas del Palazzo Reale intrigados y divertidos y contemplar con asombro las extrañas obras de Manzoni. Allí me di cuenta de que mi próximo libro habría contado una historia real. La de Piero Manzoni. Tras publicar el libro, me di cuenta de que había otros artistas conceptuales y revolucionarios como Manzoni, a menudo observados con prejuicios por los adultos y de los que todavía no se había explicado nada a los niños. Así que con Corraini pensamos y luego decidimos empezar una serie dedicada.

Hago estos libros con un enfoque que es muy parecido al que tengo cuando dibujo o pinto para una muestra. Trabajo con total libertad y no me marco objetivos didácticos o pedagógicos. Intento divertirme y divertir al público contándole una historia, aunque sea compleja, de la manera más sencilla y eficaz posible, haciendo un gran trabajo de síntesis del signo gráfico y sobre todo del texto.

 

¿Quiénes han sido tus maestros o las influencias más significativas a la hora de dar forma a tu visión artística?

Artistas contemporáneos como Yves Klein, Keith Haring, Jean Dubuffet, Jochum Nordstrom, Raymond Pettibon y muchos otros. Pintores antiguos como Rosso Fiorentino, Piero della Francesca y Jan Van Eyck. Escritores como Cormac McCarthy y Raymon Carver. Directores como David Lynch y Lars Von Trier. Músicos como Miles Davis, The Cure, Joy Division, Radiohead, Apex Twin, Nine Inch Nails, Bon Iver y Alt-J.

 

¿Sigues algún ritual a la hora de dibujar? ¿Sigues algún hábito especial o procesos concretos cuando te dedicas a dibujar?

Digamos que casi nunca dibujo en silencio. O lo hago escuchando música, o escuchando y ojeando, entre pausa y pausa (es decir, cuando separo el pincel del papel), una película o una serie de televisión.

 

¿Qué es para ti la creatividad?

Es la capacidad de mirar el mundo y todo lo que hay en él desde múltiples puntos de vista. Buscando algo que no es inmediatamente obvio para la mayoría. Y elaborar de nuevo, de forma personal, lo que hemos descubierto y captado.

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En la nueva colaboración para el proyecto «What’s in a lamp?» Stefano Colferai se inspira en VITE. Mediante el uso de un material inusual como la plastilina, crea escenarios animados en movimiento pausado que narran la vida cotidiana de forma irónica, iluminada con las lámparas Foscarini.

El artista milanés Stefano Colferai sobresale como un talento polifacético. De diseñador gráfico e ilustrador, ha evolucionado hacia el modelado en 3D y luego hacia la escultura, adoptando un material poco utilizado (la plastilina) como medio expresivo. Sus personajes y animaciones irónicos y atractivos han llamado la atención de editoriales y revistas incluso en el extranjero, que han contribuido a llevar su arte hasta un público internacional.

En su serie para el proyecto editorial de Foscarini «What’s in a Lamp?» Stefano Colferai, inspirado en el proyecto fotográfico VITE (de Foscarini y Gianluca Vassallo, más información aquí [enlace]), explora la relación entre luz, lámpara, persona y hogar, creando una serie animada única en su género. Las lámparas Foscarini se convierten en parte integrante de la vida cotidiana de un simpático personaje de plastilina creado por el artista, y le acompañan desde el desayuno hasta el atracón de series nocturno.

En esta entrevista exclusiva, exploramos el mundo creativo de Stefano Colferai y profundizamos su colaboración con Foscarini. El artista comparte su trayectoria artística, su elección de la plastilina como material característico y habla de la importancia crucial de la luz en su arte.

Cuéntanos algo sobre ti. ¿Siempre supiste que querías ser artista? ¿Cuál fue el camino que te llevó a la escultura?

Creo que sí. Siempre he tenido el deseo, la voluntad y la necesidad de expresar mis ideas y transmitirlas a través de diferentes medios, buscando constantemente el que mejor se adaptara a mi imaginación y me diera satisfacción. Ha sido un camino autodidacta que siempre ha tenido como hilo conductor la creación de personajes, pasando del dibujo sobre papel al dibujo digital y a través de la pintura, para terminar luego en la escultura.

 

¿Por qué has elegido trabajar con un material como la plastilina? ¿Cómo has aprendido a utilizarla?

En mi fase de investigación estilística, en un momento dado me sentí muy atraído por el mundo 3D y por poder dar más profundidad a los personajes e ilustraciones que realizaba (hace aproximadamente unos diez años). Al acercarme y toparme con el lenguaje 3D y viniendo ya de una época de experimentación digital, me di cuenta de que en realidad mi creatividad podía evolucionar hacia una dirección más artesanal y acercarme a la actitud genuina de trabajar con las manos. Así pues, empecé a trabajar con plastilina y a fotografiarla gracias a la intuición de que podía utilizarla como material para mis esculturas y mantenerme fiel a mi estilo de entonces, simulando de esta forma un efecto 3D real.

 

¿Cuál es tu proceso creativo? ¿Tienes algún ritual a la hora de crear tus esculturas?

Es muy espontáneo, rara vez hago bocetos de ideas porque prefiero visualizar inmediatamente y dar forma con mis manos a una idea que he tenido. Tal vez mi ritualidad consista en apuntar todas las ideas que tengo en las notas del teléfono para no dejar que se me escapen y retomarlas cuando pueda realizarlas. A partir de ese momento es un flujo continuo entre escultura, fotografía, animación y postproducción.

 

¿Cuál es el papel de la luz en tu arte?

El papel de la luz es fundamental: ¡Mis obras no existirían sin la fotografía! Aunque existe mucha continuidad, en cuanto a la iluminación, en mis obras, he investigado mucho a lo largo de estos años para encontrar la mejor relación entre mis sujetos, mi decorado, mi entorno y la iluminación, intentando construir una narración incluso gracias a la luz. Comunicando a través de fotos y vídeos, la luz adecuada puede dar increíblemente más valor a una escultura realizada y a fotogramas en secuencia que crean una animación, presentando la atmósfera adecuada, definiendo el cuerpo y el carácter de cada escena. Estudiar la luz de cada animación o fotograma y el modelado son los momentos a los que dedico más tiempo.

 

¿Cómo se gestó la colaboración con Foscarini?

Seguramente nació por el interés recíproco por algunos elementos muy importantes como la luz, la atención, el interés por la forma y la artesanía.

 

En este proyecto has descrito escenas domésticas, familiares, en las que la luz y las lámparas Foscarini acompañan al personaje protagonista y cuentan algo sobre su personalidad, activando sensaciones y emociones en las que es fácil involucrarse. ¿Puedes explicarnos algo más sobre la inspiración que hay detrás de este trabajo?

Me pareció enseguida muy interesante el proyecto VITE de Foscarini, que narra la relación entre luz/lámpara, persona y hogar a través de la fotografía. Me inspiró mucho captar la imperfección en las fotografías de estas historias en las que la luz tiene mucho que ver e intentar cuestionarme cómo ha cambiado la relación entre la persona y el hogar a lo largo de estos años. Ocupándome de diseño de personajes y estimulado por este proyecto de Foscarini, quise crear mi propio personaje ad hoc y hacerlo vivir en diferentes escenarios hipotéticos como si fueran precisamente instantáneas de Vite. Así pues, el personaje recorre su vida cotidiana acompañado por la luz y la forma de las lámparas de las diferentes habitaciones en las que se encuentra, manteniendo intacto, en las acciones que realiza, el lenguaje que caracteriza mi figura estilística con la misma espontaneidad que las historias de VITE.

 

¿Hay objetos que, vayas donde vayas, te hacen sentir «en casa»?

Sí, y pondría en la lista tazas de café, sillones, mesas de madera, lámparas, marcos de fotos y láminas, mapas, cómodas y zapateros, tocadiscos y discos, juegos de mesa y cartas. Podría seguir, ¡la lista es larga!

 

¿Cuál o cuáles son tus escenas favoritas de esta serie y por qué?

Me he aficionado a la escena del pintor, que relaciono con mi abuelo tanto por la construcción del decorado como por la luz y el ambiente. Él siempre pintaba reproduciendo paisajes de postales, fotos de paisajes sacadas de periódicos o, si no, recuerdos de sus lugares. El cuadro de Venecia que realiza el personaje es un huevo de pascua que menciona los orígenes de Foscarini, pero que también me recuerda mucho a él.

 

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración y cómo cultivas tu creatividad?

Tengo varias y trato de mantenerlas vivas: me gustan mucho los mercados, donde puedes conocer a todo tipo de gente, observar situaciones inesperadas, descubrir olores y escuchar sonidos, ruidos y lenguas diferentes. Me inspira mucho ir a galerías y tratar de entender a artistas que no conocía, apreciarlos y no apreciarlos. Me inspira todo lo que implica un esfuerzo manual y conlleva creatividad, me inspiran las personas que superan sus propios límites y las hazañas deportivas. Me inspiran los que logran sus objetivos, pero también los que fracasan aunque lo intenten con todas sus fuerzas. Me inspiran los que llevan a cabo cambios y me inspira estar bajo la ducha. Me inspira viajar y salir de mi zona de confort. Me inspiran las historias. ¡Hay muchas cosas que me inspiran e intento cultivar mi creatividad como si todas estas cosas fueran bombillas que puedo encender en el momento adecuado!

 

¿Qué es para ti la creatividad?

Dar visibilidad a lo que aún no ha sido creado.

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Una lámpara Spokes que se transforma en jaula para un canario cantor, una Kurage que vive en el fondo del mar como si se tratara de una auténtica medusa y la icónica Twiggy que pesca un pez con el anzuelo.

Un nuevo capítulo del proyecto editorial «What’s in a Lamp?» de Foscarini: el artista italiano Luccico reinterpreta artísticamente el concepto de «realidad aumentada» en una clave inédita y sorprendente. Las refinadas instantáneas de producto Still life del fotógrafo Massimo Gardone se encuentran con la fantasía de Luccico, dando lugar a narraciones inesperadas y surrealistas en las que las icónicas lámparas Foscarini se sitúan en el centro de la escena y se convierten en protagonistas de cuentos de hadas figurativos.

Luciano Cina, más conocido como Luccico, no es sólo un artista, es un cuentacuentos que sabe insuflar nueva luz a las cosas ordinarias. Especializado en Ecodiseño en el Politécnico de Turín, su trayectoria artística comenzó con un apodo -Luccico- creado por casualidad durante su época universitaria. En el 2014 inició el proyecto #MoreThanAPics en Instagram: fotografías de vislumbres cotidianas que se convierten en surrealistas gracias al uso de sus dedos, de una tableta y de su toque personal de creatividad, ligereza e ironía. Así es como un teatro se transforma en un acuario, un agujero en el asfalto en un oso polar, una mancha de petróleo en un caballo salvaje y la columnata de San Pedro en un conjunto de música jazz. Para Luciano Cina, hasta el detalle más banal puede convertirse en una obra de arte.
Foscarini, a menudo a la vanguardia en la creatividad y el diseño, descubrió y empezó a colaborar con Luccico en el 2015. Esta colaboración se renueva actualmente para el proyecto editorial «What’s in a Lamp?», que transforma el feed de Instagram @foscarinilamps en una galería virtual, en la que se suceden diferentes interpretaciones de la colección Foscarini por parte de artistas consagrados y emergentes, cada uno de ellos con su visión y creatividad únicas.

La serie de Luccico para «What’s in a Lamp?» es una mezcla inédita de fotografía e ilustración que toma forma a partir de seis fotos de producto Still life, comisariadas por el fotógrafo Massimo Gardone. Estas instantáneas son un lienzo ideal para que Luccico imprima su reinterpretación creativa de algunas de las lámparas de Foscarini. El resultado es una serie de imágenes que nos anima a explorar historias extraordinarias que van más allá de la fotografía. En esta narración visual en la que las lámparas son las protagonistas, se entrelazan historias inspiradas en sus relatos y en su diseño distintivo, enriquecidas con un toque de extravagancia.

Lee la entrevista y sumérgete en la fantasía de Luccico, un mundo encantador donde basta una señal para transformar lo ordinario en algo extraordinario.

¿Nos cuentas sobre ti y tu trayectoria como artista? ¿Cómo nació «Luccico»? ¿Cuándo empezaste a dibujar?

Luccico es un apodo que me pusieron en la época de la universidad. Jugando con mi nombre, Luciano se convirtió en Lucio, luego en Luce y al final apareció Luccico.
Empecé a dibujar un poco por casualidad. Acababa de comprar mi billete de avión para la que iba a ser mi nueva ciudad y, mientras estaba ensimismado en pensamientos, hice un boceto en mi smartphone: un avión entre las nubes en una foto. Lo compartí en las redes sociales y mi vida cambió. Y ahora, casi diez años después, sigo contando esta historia.

 

En el 2014 empezaste a poblar Instagram con tu «realidad aumentada», instantáneas fotográficas que cobran vida gracias a tu superposición de ilustraciones. ¿Cuándo y cómo nació tu proyecto creativo?

Realidad aumentada es la expresión más adecuada para describir el proyecto #MoreThanAPics, ya que va más allá de la simple fotografía.
La idea surgió del deseo de añadir algo más a las fotos, un mensaje o un pensamiento. Busco constantemente pequeños detalles que puedan servir de puente hacia mi mundo imaginario. Me gusta unir escenas de la vida cotidiana, momentos y lugares icónicos con paisajes fantásticos y surrealistas. Un mundo onírico donde el único límite es el de nuestra imaginación.

 

Las tuyas son imágenes que cuentan historias, a través de la universalidad del lenguaje visual. En tu proceso creativo, ¿cómo desarrollas el componente narrativo para crear una storytelling a partir de una imagen?

Definitivamente, me gusta dejarme llevar por las emociones que siento en un determinado momento.
Para encontrar la inspiración adecuada, observo todo lo que me rodea. A menudo, lo que enciende mi creatividad es el mismo tema visto desde distintos ángulos.

 

La colaboración con Foscarini empezó en el 2015, casi por casualidad, y ahora se renueva para el proyecto «What’s in a lamp?». Seis instantáneas de producto, realizadas por el fotógrafo Massimo Gardone, se encuentran con tu fantasía y dan vida a situaciones inesperadas y surrealistas. ¿Puedes explicarnos algo más sobre la inspiración que hay detrás de este trabajo?

La primera colaboración es un recuerdo que no se olvida jamás. Para un estudiante de diseño como yo, fue como hacer realidad un sueño.
Foscarini siempre ha sido conocida por su originalidad e innovación, y tener la oportunidad de que se me asociara con una marca de fama mundial fue motivo de gran orgullo.
La sencillez de las composiciones fotográficas de Massimo Gardone, combinada con el uso mínimo de la luz y el color, me ha permitido explorar y reinterpretar de forma irónica el diseño de estas lámparas icónicas.

 

¿Cuál o cuáles son las ilustraciones favoritas de esta serie y por qué?

Pienso en la lámpara de pie Twiggy, de Marc Sadler: la varilla flexible, parecida a una caña de pescar, fue la inspiración perfecta para una maravillosa historia relacionada con la pesca.

 

Tus obras requieren creatividad y capacidad para mirar la realidad desde perspectivas diferentes y originales. ¿Cómo consigues mantener tu frescura y crear espacio para las ideas? ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?

Entrenar la creatividad requiere tiempo. Intento dedicar momentos durante el día para explorar, experimentar y jugar, porque a través de la imaginación podemos dar rienda suelta a nuestro potencial creativo. Estos momentos pueden consistir en un boceto rápido, un paseo por las calles de la ciudad, la lectura de un libro fuera de nuestro género habitual, o simplemente mirar las nubes en el cielo.
Cada pequeño gesto ayuda a mantener viva la chispa de la creatividad, y espero no cansarme nunca de observar lo que nos rodea con los ojos de un niño.

 

¿Tienes algún tema favorito para dibujar?

Me gusta dibujar aviones de papel porque los relaciono con la ligereza de los pensamientos.
También estoy trabajando (spoiler) en la creación de un personaje que pueda ser una presencia constante y reconocible en mi próximos trabajos.

 

¿Sigues algún ritual a la hora de dibujar?

Suelo dibujar por la noche. Después de un día de trabajo intenso, es mi forma de relajarme.
Intento no sobrepasar los 30 minutos de dibujo porque tienen que ser directos, sencillos, claros y con pocas líneas.
Trabajar en una imagen más de 30 minutos dificulta la comprensión del mensaje.

 

¿Qué es para ti la creatividad?

Una chispa que enciende la imaginación y convierte lo ordinario en extraordinario.

En la nueva serie dedicada al proyecto «What’s in a lamp?», la joven ilustradora Alessandra Bruni (@allissand) nos invita a descubrir un mundo de luz y de emociones. Sus ilustraciones están impregnadas de una atmósfera poética y familiar, en la que las lámparas Foscarini crean ambientes íntimos y personales y, al mismo tiempo, cambian el espacio, desvelan historias y despiertan intuiciones.

Alessandra Bruni es un alma soñadora, del año 97, que baila con la creatividad. Artista y tatuadora, su pasión por el arte ha sido siempre su compañera de viaje, pero en los últimos años se está perfilando como una de las voces más estimulantes de la escena italiana, que ha conseguido conquistar la atención de grandes periódicos como The New York Times, L’Espresso e Internazionale. Su pasión por la ilustración es algo relativamente reciente, porque Alessandra empezó a compartir sus ilustraciones en Instagram solo durante el periodo de la pandemia provocado por la Covid-19. Sus obras, inspiradas en los temas de actualidad, hablan de emociones y relaciones humanas, ofreciendo una mirada inmediata y profunda con un estilo único y característico, de trazo minimalista pero extremadamente evocador.

En su serie para el proyecto «What’s in a lamp?», Alessandra le ha dado protagonismo a la luz, creando escenarios domésticos que, aunque familiares, sorprenden inesperadamente. Cuentos a través de imágenes en las que cada lámpara resuena armónicamente con la personalidad del protagonista, la revela y activa sensaciones y emociones en las que es fácil identificarse. Imágenes que, como si fueran ventanas abiertas a nuestra vida cotidiana, parecen hablar precisamente de nosotros, de lo que hemos sido o de lo que seremos, y crean atmósferas casi palpables que transmiten una gran intimidad.

Descubre la entrevista completa con Alessandra Bruni y sumérgete en su fascinante mundo de luz y emociones.

Cuéntanos algo sobre ti. ¿Siempre supiste que querías ser ilustradora? ¿Cuándo empezaste a dibujar y cómo has desarrollado/evolucionado tu estilo?

No siempre supe que quería ser ilustradora, pero sueño desde siempre con trabajar con el arte y dedicar mi vida a ello. Empecé a dibujar de niña, a los tres años ya tenía crayones en la mano y disfrutaba haciendo garabatos en el ordenador con Paint, lo que podría describir como una especie de primer acercamiento al mundo digital. Durante mi etapa escolar, aunque no elegí un plan de estudios artístico, me dediqué al dibujo realista de una manera casi maníaca. Copiar del natural fue la fase inicial de mi carrera, como si quisiera asimilar las formas de las cosas, las caras y los cuerpos. A medida que fui creciendo, la necesidad de dar sentido y contenido a las imágenes se impuso y empecé a dedicarme a la ilustración conceptual. El estilo está en constante evolución, se adapta de forma natural a las fases que atravieso en mi trabajo y en mi trayectoria personal. Aunque hay claramente una parte de investigación, el factor instintivo influye mucho.

 

¿Cómo se gestó la colaboración con Foscarini?

La colaboración con Foscarini empezó con lo que quizá sea el sueño de todo artista. Foscarini se fijó en mi trabajo en una librería, cuando leyó mi nombre detrás de la portada de un libro que yo había ilustrado. Creo que no hay nada más gratificante que saber que mi trabajo ha sido apreciado y descubierto por casualidad, de forma genuina, con la sencillez con la que se encuentra un pequeña verdad en un lugar común «estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado».

 

Tus ilustraciones son, en efecto, historias, contadas no con palabras, sino a través de la inmediatez y la universalidad del lenguaje visual. ¿Puedes hablarnos de la parte «narrativa» de tu proceso creativo?

Vivimos en un periodo histórico en el que todo el mundo aspira a hacer oír su voz alzándola, intentando sobreponerse a la de los demás, a veces sin pararse a reflexionar. Con este trabajo espero ir contracorriente, porque mi parte favorita es escuchar. Intento absorber toda la información que puedo para luego procesarla y transformarla en una imagen. Es solo cuestión de elegir los elementos adecuados que, juntos, dicen más que muchas palabras.

 

En este proyecto con Foscarini, has descrito escenas domésticas que resultan familiares y sorprendentes al mismo tiempo: situaciones en las que la luz tiene un poder transformador y se vuelve casi material, dando vida a situaciones inesperadas y surrealistas. ¿Puedes explicarnos algo más sobre la inspiración que hay detrás de este trabajo?

Antes de empezar a imaginar estas ilustraciones, tuve el placer de escuchar las palabras de Carlo Urbinati, fundador y presidente de Foscarini. Sus historias y la pasión con la que vive su trabajo me inspiraron muchísimo. Este proyecto me ha llevado a manejar la luz y a considerarla viva. La luz, tanto en la vida cotidiana como en un evento artístico, nos permite dar mayor valor o importancia a un elemento, porque aquí la propia luz es la protagonista. La idea de «iluminar la luz» me fascinaba mucho y me divertí jugando con ella para crear esta serie, sin olvidar dar la misma importancia a las sombras.

 

En esta serie las lámparas son el punto de inflexión, el detalle que transforma un simple «espacio» en un ambiente cálido y personal al que podemos llamar hogar, definiendo su atmósfera, contando algo sobre la personalidad del protagonista de la imagen, activando sensaciones y emociones en las que es fácil identificarse. ¿Hay objetos que, vayas donde vayas, te hacen sentir «en casa»?

Mientras respondo a estas preguntas, estoy viviendo un momento muy único y especial. Estoy a punto de comprar mi primera vivienda. Tengo 25 años y durante toda mi vida sólo he pensado en «irme» sin pararme mucho, así que es la primera vez que siento la necesidad de esto, de «calor», de un espacio donde volver y sentirme en casa. Durante los últimos años he estado en diferentes contextos, me he mudado numerosas veces y los objetos que siempre he traído conmigo son los libros. Cajas de libros que ya he leído, algunos cuando era una niña, pero que sin embargo son un elemento fundamental en el ambiente, definen la atmósfera y me transmiten serenidad. Sinceramente, aún no me he detenido a pensar sobre el tema, estoy deseando descubrir qué otros objetos definirán mi hogar.

 

¿Cuál o cuáles son las ilustraciones favoritas de esta serie y por qué?

No es fácil elegir una ilustración «favorita», cada imagen es única, al igual que las lámparas en las que me he inspirado. Si tuviera que elegir, quizá diría la que creé para la lámpara de suspensión Gregg. La imagen muestra a una chica absorta en la ventana, la lámpara genera una paradoja ya que la luz se refleja en el mar, en el exterior. De este modo he elevado el objeto al papel de «sol» del ambiente doméstico, además interior y exterior se comunican entre sí y el límite es imperceptible. En un nivel más profundo, esto pretende ser una metáfora para describir cómo nuestro mundo interior y nuestro mundo exterior están íntimamente conectados.

 

Tu producción abarca desde temas de actualidad hasta relaciones humanas, desde los sentimientos más íntimos a los temas medioambientales y sociales. ¿Cuál es tu argumento preferido para dibujar, el ámbito en el que te sientes más cómodo?

Suelo buscar siempre nuevos estímulos para mi trabajo, la figura humana es probablemente es una constante. En casi todas mis ilustraciones aparecen seres humanos interactuando con el ambiente de su entorno, porque me fascinan las infinitas facetas de su alma y su psique. A lo largo de la historia, el ser humano ha demostrado ser capaz de crear obras increíbles y bellas, pero también es capaz de cosas terribles, a veces irreparables. Quizá por eso somos animales tan complejos. Yo me siento muy cómoda explorando este amplio tema, al mismo tiempo que experimento yo misma emociones contradictorias a diario. Dibujar puede ser extremadamente catártico, así como una forma de comunicarme con los demás.

 

La inspiración y la creatividad son la base de la ilustración editorial. ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?

Mis fuentes de inspiración son muchas. Intento inspirarme en todo lo que me rodea, empezando por el ambiente en el que vivo. Las películas, las obras de arte y las fotografías son también buenos modelos en los que inspirarme para crear algo nuevo. Además, sigo el trabajo de muchos maestros de la ilustración que me sirven de estímulo y ejemplo para intentar mejorar constantemente, como por ejemplo: Noma Bar, Ivan Canu, Beppe Giacobbe, Pablo Amargo.

 

¿Qué es para ti la creatividad?

La creatividad es un impulso que parte del interior y puede llevar a muchos sitios, es la necesidad atávica de conectar diferentes elementos entre ellos para generar algo nuevo. La vida misma se lo debe todo a la creatividad. Crear, para mí, significa explorar, crecer, pero sobre todo divertirme. Cuando creo siento que estoy haciendo aquello para lo que estoy en el mundo, es una sensación completamente irracional, soy consciente de ello, pero también es extremadamente placentero.

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Descubre el poder de los sueños en el arte surrealista de Kevin Lucbert, que da vida a las lámparas Foscarini en la nueva colaboración para el proyecto «What’s in a lamp?». Se trata de un proyecto editorial que transforma el feed de Instagram de @foscarinilamps en una galería virtual con obras de artistas conocidos o emergentes del panorama internacional.

Utilizando un simple bolígrafo, Kevin Lucbert da vida a escenarios suspendidos entre lo familiar y lo desconocido. Su estilo inconfundible, que supera las fronteras entre escritura, dibujo y pintura, consigue que la gente explore sus propios sueños y empiece a garabatear. Toma un objeto cotidiano como un bolígrafo, lo reinventa y lo transforma en una herramienta para la libre expresión creativa.

Kevin Lucbert, autodenominado «franco-berlinés», se graduó en la Escuela Nacional de Artes Decorativas de París en 2008 y ahora vive entre Berlín y París como miembro de The Ensaders, un colectivo de artistas activo en la realización de performance, exposiciones y talleres de dibujo.

Su creatividad se basa en el poder de soñar y luego llevar el sueño a la realidad. Traspasando los límites de la conciencia, crea mundos misteriosos que integran de forma armoniosa elementos naturales como el sol, el agua, la tierra y el cielo. Esta sugerente combinación es capaz de confundir la percepción de la realidad e invita a emprender un viaje imaginativo fascinante a través del espacio y el tiempo. Con sus trazos de bolígrafo, el artista se convierte en nuestro guía visionario, mientras nos sumergimos en su universo vibrante y místico.

En su serie para el proyecto «What’s in a Lamp?» de Foscarini, Kevin Lucbert ha explorado la colección de lámparas Foscarini, dejando volar su imaginación. El resultado son escenarios surrealistas impregnados con su inconfundible estilo. Sumergíos en los abismos del mar y encontraréis fascinantes medusas Chouchin e insólitos peces linterna y delante las Twiggy iluminadas que os muestran el camino; o contemplad el cielo mirando a través de la lámpara de mesa Nile que, transformada en un telescopio gigante orientado hacia la luna, se convierte en un portal para el universo y la bóveda celeste.
Descubre por ti mismo la magia de Kevin Lucbert y déjate transportar por su arte hacia dimensiones extraordinarias. La serie completa está en el canal de Instagram @foscarinilamps.

Cuéntanos algo sobre ti y tu trayectoria como artista. ¿Siempre fuiste consciente de alguna forma de que éste era el camino que querías seguir?

Nací en París en el 1985. De niño me sumergía en el mundo del cómic, leyendo y releyendo la colección familiar de clásicos como Tintín y Astérix. Luego descubrí el cómic de autor a través de revistas como «Metal Hurlant» y «A Suivre». Artistas como Moebius, Tardi, Hugo Pratt, Enki Bilal, Druillet y Comès, con sus extrañas y fascinantes historias, y sus personales e intrincados trazos de tinta en blanco y negro. Mi joven imaginación quedó tan profundamente fascinada que despertó en mí el deseo de convertirme en dibujante de cómics e ilustrador.
Años después, estudié arte en la «Ecole Nationale Supérieure des Arts Décoratifs» de París, centrándome en la división de «imagen impresa». Allí estudié ilustración, grabado, serigrafía, diseño gráfico y también hice mis pinitos en cinematografía. El enfoque multidisciplinar de esta escuela promueve la apertura mental y amplió mis perspectivas. En 2005-2006, tuve el placer de realizar una experiencia de intercambio Erasmus y estudiar Kommunikationsdesign en la Kunsthochschule Berlin-Weissensee, que para mí supuso una experiencia muy valiosa. En 2012 decidí mudarme a Berlín, donde mi familia y yo vivimos desde hace 10 años.
También me enorgullece ser miembro del colectivo de artistas «Ensaders», que fundé con dos compañeros de estudios: Yann Bagot y Nathanaël Mikles. Desde que nos conocimos en 2002, hemos colaborado en la realización de diseños colectivos, hemos organizado talleres y hemos organizado espectáculos.

 

Tu estilo característico, con trazos de bolígrafo que manipulan hábilmente las sombras y la luz, nos intriga. ¿Cómo describirías tu estilo?

Mi estilo es figurativo, orientado hacia la simplificación y la abstracción de las formas. Contrasto las líneas rectas y puras y los motivos geométricos con las curvas y el caos de los elementos naturales. El paisaje urbano moderno, con su ortogonalidad, contrasta con los mares salvajes o los bosques oscuros. Me gusta combinar los opuestos. El bolígrafo me permite crear detalles intrincados, casi como un grabado, y al mismo tiempo puedo utilizar una regla para dibujar cuadrículas o motivos geométricos con líneas limpias y nítidas. Estos estilos de trazo tan distintos, uniformados con la tinta azul, abren una gama de oportunidades desde un punto de vista gráfico que me encanta explorar.

 

¿Qué te ha llevado a elegir un bolígrafo como herramienta de elección?

Utilizo bolígrafos porque me gusta dibujar al aire libre y siempre tengo uno a mano. No me gusta llevar encima muchas herramientas y materiales de dibujo. El icónico bolígrafo azul Bic es algo que todo el mundo tiene a mano. Es la herramienta a través de la cual los sueños toman forma mientras garabateo en un trozo de papel. Es el mismo bolígrafo con el que yo garabateaba de niño, rellenando los bordes de mis cuadernos escolares. Cuando hablo por teléfono, lo utilizo para tomar notas y luego, inconscientemente, creo intrincados patrones que se superponen en un post-it. Tenía curiosidad por saber cómo habría podido expresar algo completamente nuevo utilizando una herramienta tan sencilla, creando un universo original con sólo tinta azul.

 

¿Puedes hablarnos de la importancia del doble escenario azul-blanco en tus ilustraciones surrealistas?

Me fascina el particular color azul del bolígrafo Bic, con su peculiar matiz azul-rojo. Es un azul que puede adquirir una gran intensidad. Puedes cruzar las líneas casi infinitamente para crear matices y profundidad, de forma similar a lo que sucede con la técnica del aguafuerte. En mis ilustraciones, utilizo el blanco del papel como reserva para crear contraste y luminosidad, para realzar la importancia del color azul.
En mi forma de percibir, el azul es un color que está estrechamente relacionado con el mundo de los sueños. Está vinculado con el agua, la noche y el sueño, con ese mundo onírico enraizado en el misterio del inconsciente. El inconsciente se expresa en un lenguaje extraño que podemos intentar traducir a través del arte. En mi opinión, un dibujo, como cualquier obra de arte, es el resultado de la alquimia que se produce entre el consciente y el inconsciente. El azul de los bolígrafos nos resulta tan familiar que se ha convertido en parte integrante de nuestra psique.

 

¿Cómo describirías tus primeras impresiones sobre las lámparas Foscarini cuando las conociste por primera vez?

Me parecieron bonitas y elegantes. Las formas sencillas pero al mismo tiempo complejas me impresionaron. Más que lámparas, vi historias de luz capaces de suscitar inspiración y estimular las ideas en un ambiente. La luz desempeña un papel importante en mi diseño monocromático y a menudo trabajo el contraste entre zonas claras y oscuras. La belleza de la luz se ve realzada por la fuerza de la oscuridad que la rodea. A menudo recuerdo esta cita de Stanley Kubrick: «Por muy amplia que sea la oscuridad, debemos proporcionar nuestra propia luz».

 

En esta serie de obras, las lámparas Foscarini forman parte de escenarios oníricos, ayudando a dar vida (y luz) a mundos imaginarios y surrealistas. ¿Puedes hablarnos de cómo surgió la inspiración para esta serie?

Esta serie está íntimamente enraizada en el surrealismo, en los sueños y los cuentos de hadas. Cuando era un niño y pasaba las vacaciones en Bretaña, la tierra natal de mi madre, estaba rodeado de una cultura repleta de leyendas y de extrañas criaturas de la mitología celta. Espíritus, criaturas y hadas animan los páramos y los castillos en ruinas, sugestiones que constituyen la base de mi obra artística.
Me gusta proyectar objetos contemporáneos en realidades surrealistas, donde cosas corrientes como sillas cuadradas, lámparas y modernos suelos de parqué cobran vida, transformándose en extrañas entidades que superan la frontera entre el sueño y la realidad.
Empecé observando la forma abstracta de la lámpara, tratando de imaginar las emociones que podía evocar en mí. A partir de ahí, desarrollé una serie de bocetos, contextualizando la lámpara en diversos escenarios. Durante mi proceso creativo suelo escuchar música, que crea un estado de ánimo específico y a veces genera ideas e inspiraciones inesperadas. Pensé en cómo la lámpara podría asumir el papel de un elemento principal, de un actor, en una historia extraña.

 

Historias extrañas que recuerdan los cuentos de hadas y que evocan el estilo de Chagall. ¿La obra de Chagall ha influido en su visión artística?

Sí, admiro a Chagall por sus pinturas figurativas y oníricas al mismo tiempo. También me inspira el surrealismo de René Magritte. Podría decir que esta serie de dibujos encarna el espíritu de las películas de Georges Méliès, especialmente «Le Voyage dans la Lune». Es una combinación de cuento de hadas, poesía y surrealismo. El cine también utiliza la luz como medio para crear movimiento e historias. Me interesan mucho los artistas capaces de crear universos y visiones evocadoras, como Alfred Kubin, Odilon Redon y Edward Munch. De niño me encantaban los dibujantes de cómics como Hugo Pratt, Moebius y Roland Topor con su universo extraño, sobre todo en la película de animación «La Planète Sauvage». Me transmitieron el amor por la narración y por el infinito potencial del dibujo.

 

¿Cuál es tu ilustración favorita de tu serie para «What’s in a lamp?» y por qué?

Me gusta «Nuee» porque me recuerda a «El Principito» de Antoine de Saint-Exupéry, con sus pequeños planetas y las personas que vive en ellos. También «Rituales», porque nos lleva, como en «Alicia en el país de las maravillas», a través del espejo.

 

Tus ilustraciones muestran una combinación de sencillez y complejidad, donde unos trazos mínimos de bolígrafo allanan el camino a historias fascinantes. ¿Cuál es el papel de la narración en el arte ilustrativo?

Me encanta contar historias y buscar lo extraordinario en lo ordinario. Al principio ero un dibujante de cómics y mi trabajo evolucionó gradualmente hacia la creación de series de dibujos con un fuerte énfasis en la dimensión narrativa. Es como si estos dibujos construyeran juntos una historia, pintando un mundo onírico desconocido. Mi principal objetivo es divertirme y plasmar mis ideas y fantasías sobre el papel.

 

¿Puedes ilustrarnos tu proceso creativo? ¿Cómo consigues hace florecer las nuevas ideas?

En primer lugar, mientras observo al sujeto, me tomo mi tiempo para garabatear en el papel bocetos al azar y dibujar esbozos con el lápiz. Algunos bocetos son «más sinceros» porque consiguen capturar el dinamismo y el estímulo que necesita el dibujo final. Un boceto es algo fascinante. Sólo con unos trazos, encarna la energía y los elementos esenciales del dibujo final. Sin embargo, siempre estoy abierto a modificar el diseño a medida que lo voy completando. Durante el proceso creativo pueden surgir nuevas ideas.
Busco la inspiración en distintas fuentes, como la lectura, la música y a veces incluso los sueños. Un dibujo suele llevar a menudo a la creación de otro. En una serie de obras, mis dibujos siguen una cierta lógica, a veces conectados a nivel narrativo y a veces contrastando, en cambio, con el trabajo anterior. A veces los dibujos forman incluso «miniseries», como en el caso de la serie sin título «Meditación 1,2,3,…».
La lectura de los libros del psiquiatra Carl Gustav Jung es una fuente de gran interés para mí. Sus estudios sobre el inconsciente y los sueños me fascinan. Su enfoque es profundamente creativo, repleto de ideas y visiones. Toma en consideración numerosas imágenes y símbolos de la historia del arte y de nuestro «inconsciente colectivo». Por ejemplo, ¿qué significan para nosotros figuras como el árbol, el agua o el sol? Su investigación sobre la mitología y los arquetipos es extraordinariamente fascinante.

 

¿Qué significa para ti el diseño?

Para mí, el diseño es infundir espíritu en la materia. Es el aliento que da vida a la materia prima. Es el acto de llenar los objetos de amor, con la esperanza de que lo reflejen a los ojos de todos. A todos nos gustaría encontrarnos con objetos que tienen alma e historias que contar.

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En la nueva entrega de “What’s in a Lamp?”, el proyecto de Foscarini que transforma el feed de Instagram de @foscarinilamps en una galería de arte virtual, vivimos una inmersión en el fascinante mundo del arte de la acuarela de Maja Wrońska.

El proyecto «What’s in a Lamp?» de Foscarini se enriquece con un nuevo capítulo protagonizado por Maja Wrońska (@majatakmaj), una talentosa artista polaca especializada en pintura en acuarela. Sus fascinantes cuadros muestran arquitecturas europeas y destacan por el perfecto equilibrio entre líneas y trazos escénicos y los delicados colores de la acuarela. Maja no es sólo una artista sino también una arquitecta, un detalle que caracteriza su inspiración y consigue que sea especialmente original y distintiva.

En este nuevo capítulo del proyecto «What’s in a Lamp?» de Foscarini, Maja Wrońska ha creado una serie sorprendente de obras artísticas que destacan el poder transformador de las lámparas Foscarini dentro de los espacios arquitectónicos. Pinturas en acuarela animadas que sorprenden y consiguen captar la vida, las emociones, el paso del tiempo en la arquitectura urbana, y en las que las lámparas se convierten en un elemento significativo, en un punto focal, especialmente cuando llega la oscuridad.

Lo que hace cautivadoras las obras de esta serie es la forma en que cobran vida cuando la ciudad pasa del día a la noche. Los interiores de los edificios, vistos desde el exterior, se convierten en protagonistas cuando las lámparas Foscarini los iluminan durante la noche.

Déjate llevar por la magia y las sugestiones de las obras de Maja Wrońska en el feed de Instagram @foscarinilamps y descubre más sobre su proceso creativo, sus influencias y la forma en que combina varias disciplinas creativas en nuestra entrevista.

Háblanos un poco de ti y de tu trayectoria. ¿Cómo llegaste al arte y qué te impulsa a crear?

Soy Maja Wrońska, arquitecta y pintora de acuarelas de origen polaco. Desde que era una niña, mi madre, que también es arquitecta, me permitía utilizar sus materiales profesionales para pintar y dibujar. En Polonia, si quieres estudiar arquitectura, también tienes que hacer un examen de dibujo. Así que, más tarde, también asistí a cursos de dibujo para preparar este examen. Cuando llegué a la universidad, el dibujo y la pintura se convirtieron en parte integrante de mi programa de estudios. En ese periodo, también creció mi interés por la pintura en acuarela y pensé en crear un perfil en DeviantArt para compartir mis pinturas. Para mi sorpresa, el perfil se hizo popular y la gente empezó a preguntarme si mis pinturas estaban a la venta. Tras licenciarme, monté mi propio negocio, como arquitecta Maja Wrońska, trabajando como arquitecta con mi madre y, al mismo tiempo, dedicándome a mis acuarelas.

 

¿Qué es lo que más te gusta dibujar?

Me encanta dibujar arquitectura, ciudades y lugares.

 

¿Cuándo comenzó tu interés por la arquitectura?

La arquitectura me ha fascinado y apasionado desde siempre.

 

¿Cómo coexisten y se influyen mutuamente la arquitecta Maja Wronska y la pintora Maja Wronska?

Me considero una arquitecta a la que también le gusta pintar con acuarelas. El proceso de diseño de un edificio puede necesitar semanas o incluso meses, mientras que la creación de una acuarela se lleva a cabo en unas horas. Esto me permite completar proyectos artísticos estimulantes mientras trabajo como arquitecta.

 

En este proyecto realizado para Foscarini, vemos imágenes espléndidas de arquitectura evocadora, que cobran vida y se llenan de emoción y vida. ¿Qué te atrajo hacia la pintura en acuarela y cómo se te ocurrió la idea de animarla?

Muchas gracias. Yo también estoy encantada con la forma en la que surgió nuestro proyecto. Como arquitecta, estudié Photoshop y los programas 3D para modelar y renderizar arquitectura. Pensé en la posibilidad de combinar técnicas artísticas tradicionales como el dibujo y la acuarela con técnicas modernas como la animación y la realidad aumentada. Cuando Instagram empezó a promocionar los reels, decidí experimentar animando mis acuarelas y subiéndolas a la aplicación Artivive para ver el efecto de la realidad aumentada en mis creaciones artísticas tradicionales. La primera vez que empecé a animar mis acuarelas fue para un concurso de un fabricante de coches. Aunque el concurso lo ganó otra persona, la curiosidad por ver cómo quedarían mis otras acuarelas animadas de esta forma me empujó a seguir explorando el concepto.

 

¿Cuál es el proceso creativo de tus obras de arte?

Mi intención es pintar los lugares que me gustan y captar la belleza que percibo.
El proceso creativo empieza identificando un edificio que me llama la atención, hago un esbozo con lápiz y luego añado el color con acuarela. Luego mi marido lo digitaliza, asegurándose de que el escaneado reproduce la obra original con la mayor fidelidad posible. Por último, utilizando Photoshop, creo una animación en bucle de fotogramas en gif y mp4.

 

En esta serie de obras de arte has sabido capturar el poder transformador de las lámparas Foscarini dentro de un espacio, tanto cuando están apagadas como cuando están encendidas, convirtiéndose en un punto focal. ¿Puede contarnos más sobre la inspiración que hay detrás de esta serie?

Esta serie es un desarrollo en continuidad con mis animaciones anteriores, en las que se ven ciudades y lugares en la transición del día a la noche. Al principio animaba los coches, luego empecé a incorporar las luces de los edificios que se encienden y se apagan. Con el proyecto de Foscarini, he querido impulsar la exploración dentro de los espacios arquitectónicos y destacar cómo pueden transformar la atmósfera las lámparas que hay en ellos.

 

¿Cuál es su obra favorita de la serie «What’s in a Lamp?» y por qué?

Desde el punto de vista de la pintura en acuarela, mi favorita es la que incluye la lámpara de pie Tobia de color rojo. Sin embargo, desde el punto de vista de la animación, me gusta mucho la del edificio, con grandes ventanales, iluminado por una cascada de lámparas colgantes Gregg.

 

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración? ¿Hay algún artista en particular que represente para ti un punto de referencia?

La luz, en general, es una de mis mayores fuentes de inspiración. Me fascina observar cómo la luz del sol interactúa con las fachadas de los edificios y cómo éstos aparecen cuando las luces del interior están encendidas. En cuanto a artistas favoritos, admiro a Van Gogh y sigo a ilustradores contemporáneos en las redes sociales, como Pascal Campion.

 

¿Qué es para ti la creatividad?

Para mí, la creatividad es el proceso que lleva a crear y transformar algo fresco y estimulante a partir de los materiales disponibles. La imaginación y la originalidad son características indispensables para poder generar creaciones innovadoras y llenas de significado.

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El proyecto que transforma el feed de Instagram @foscarinilamps en una galería de arte virtual se enriquece con una nueva interpretación creativa. Se ha pedido a Federico Babina, italiano de nacimiento y español de adopción, que interpretara las colecciones Foscarini.

Federico Babina, arquitecto e ilustrador, es conocido por los mundos surrealistas que es capaz de crear con sus ilustraciones y animaciones y para los que se inspira principalmente en la arquitectura y el diseño. Sus series son únicas, características, marcadas por un estilo que las hace reconocibles de forma inmediata. Un estilo que se refleja en los detalles, en el sabio equilibrio de colores y proporciones y en los motivos de estilo Grunge, pero también y sobre todo en la capacidad de crear y buscar conexiones inesperadas y sorprendentes que impactan en la vista, la mente y el corazón del espectador.

En su nueva serie «Lux Like», parte del proyecto «What’s in a lamp?» de Foscarini, Federico Babina se ha divertido buscando y reconociendo animales en las formas de algunas de las lámparas de Foscarini. Como en una pareidolia, las ha reducido a formas elementales, como círculos, rectángulos, triángulos y líneas, y las ha transformado en animales con carácter y expresividad que viven, hablan y respiran en un universo paralelo, en una especie de zoo del diseño.

Un ejercicio de creatividad e imaginación sencillo y eficaz que desarrolla el «pensamiento elástico», porque no se ve una lámpara y se interpreta como tal, sino que se ve el elefante que la incluye. Una serie de ilustraciones en las que Federico Babina juega con seriedad alrededor de las formas y los colores. Donde todo lo que aparece puede no ser lo que parece. Lámparas que conforman un zoo de Foscarini donde los animales están hechos y construidos a partir del diseño.

Cuéntanos algo sobre ti y tu trayectoria. ¿Cuándo empezaste a dibujar y cómo has desarrollado tu peculiar estilo?

Soy Federico Babina (desde 1969), arquitecto y diseñador gráfico (desde 1994), vivo y trabajo en Barcelona (desde 2007), pero sobre todo soy una persona curiosa (desde siempre).
Cada día intento encontrar una manera de observar el mundo a través de la inocencia de los ojos de un niño. Los niños son capaces de tener una visión totalmente desinhibida de las cosas y sin el condicionamiento de la experiencia. Cuando era niño quería ser arquitecto y, ahora que soy arquitecto, a veces me gustaría volver a ser un niño.
Me gusta intentar contar el mundo que veo a través de distintas técnicas expresivas. Me gusta la riqueza del lenguaje y la diversidad de sus formas.
Nací con las ilustraciones de cuentos de hadas, crecí con los rasgos de los cómics y he madurado con el dibujo arquitectónico. La ilustración forma parte de mi mundo imaginado e imaginario.
Me esfuerzo para que en mis trabajos aparezca el rigor de la arquitectura, la libertad de la pintura, el ritmo y la pausa de la música y el misterio mágico del cine. Mi intención es mezclar lenguajes aparentemente heterogéneos, pero que se comunican entre ellos.

 

¿Cómo coexisten y cómo se influyen el Federico Babina arquitecto y el Federico Babina ilustrador?

Un arquitecto debe ser un buen ilustrador. La capacidad de una comunicación visual es una herramienta imprescindible.
El dibujo es la primera manera de dar forma a una idea. Las ideas se esculpen, se modelan y se transforman a través de la ilustración.
No me quito el atuendo de arquitecto para ponerme el traje de ilustrador.
El denominador común de mis trabajos soy «yo». Mi enfoque y mi forma de trabajar no cambian en función del trabajo. Me gusta pintar y me gusta hacer fotos tanto como dibujar y escribir. Creo que hay una cierta coherencia de expresión en cada uno de nosotros, independientemente del medio que se utiliza.
Encuentro analogías, similitudes, afinidades y un sinfín de relaciones entre las distintas formas de expresión. Tanto si se trata de una ilustración, de un objeto de diseño o de un edificio, mi proceso creativo es similar y sigue reglas comunes y las mismas trayectorias. El proceso creativo de una composición arquitectónica responde a mecanismos que mueven y ponen en movimiento la maquinaria de cualquier obra intelectual.
Algunas veces soy un arquitecto apasionado por la ilustración y otras un ilustrador apasionado por la arquitectura.

 

¿Cómo se gestó la colaboración con Foscarini?

Foscarini se puso en contacto conmigo y me pidió que buscara una forma personal de representar más una idea de un producto que el de un objeto en sí. Todo ello con absoluta libertad de expresión. Una colaboración de este tipo es siempre un reto estimulante. Los objetos existen y se trata de encontrar la forma de sugerir un punto de observación alternativo sobre ellos.

 

En este proyecto para Foscarini has combinado ironía y ternura y has construido un «zoo» inesperado a partir de las siluetas icónicas de las lámparas de la colección Foscarini. ¿Puedes explicarnos algo más sobre la inspiración que hay detrás de esta serie?

El proyecto se llama LUX LIKE y se centra en la percepción. La idea es transformar la percepción del objeto de diseño.
Nuestra mente es capaz de recoger, grabar y almacenar millones de imágenes. Una de las cosas que siempre me ha interesado es la asociación que somos capaces de hacer entre estas imágenes. Como en el libro «El principito», ver más allá del dibujo de un sombrero y vislumbrar la silueta de una boa digiriendo a un elefante.
En este trabajo para Foscarini, 9 lámparas se transforman en animales con carácter y expresividad que viven, hablan y respiran en un universo paralelo, creando una especie de zoo del diseño.
Como en una Pareidolia del diseño, me he divertido buscando y reconociendo animales en las formas de algunas de las lámparas de Foscarini. Se trata de un ejercicio de creatividad e imaginación sencillo y eficaz que desarrolla el «pensamiento elástico».
Nuestra mirada no es capaz de captar lo invisible y nuestra razón saca mecánicamente sus propias conclusiones y emite sus juicios rigurosos basándose únicamente en la evidencia de una apariencia.
He intentado no enviar al cerebro la información racional, para que reconozca a través del conocimiento, dejándolo libre para que busque una asociación instintiva. No ver una lámpara e interpretarla como tal, sino ver el elefante que la incluye.
LUX LIKE es una serie de ilustraciones donde juego con seriedad con los volúmenes, los colores y las formas. Donde todo lo que aparece puede no ser lo que parece.
Lámparas que conforman un zoo de Foscarini donde los animales están hechos y construidos de diseño.

 

¿Cuál o cuáles son tus ilustraciones favoritas de esta serie y por qué?

No puedo elegir entre mis ilustraciones, es como pedir elegir entre los propios hijos. Cuando trabajo en una serie, considero las ilustraciones individuales como fragmentos de un mosaico general que representa un concepto y una idea. Son fragmentos de un rompecabezas global, ninguno es fundamental y, al mismo tiempo, todos en su conjunto lo son. Lo importante es la composición general que dibujan todos los fragmentos.

 

En tus ilustraciones y animaciones, geometrías sencillas se unen para crear composiciones capaces de contar, de un vistazo, historias que impactan en la vista, la mente y el corazón del espectador. ¿Puedes hablarnos de la parte «narrativa» de tu proceso creativo?

Como decía Bruno Munari: Complicar es fácil, simplificar es difícil.
La sencillez es lo más difícil de conseguir. Para simplificar hay que quitar y para quitar hay que saber qué cosas son superfluas. Lo que siempre busco en mi trabajo es un hilo narrativo conductor. Una narración que te acompañe al interior de una historia, como una puerta que se abre a un universo paralelo y ofrece al espectador algunos elementos y herramientas para continuar su historia. El poder de la ilustración es precisamente el de dejar cierta libertad a la interpretación. Yo empiezo las historias y el espectador las continúa y a veces las completa.

 

¿Cuáles son tus referencias en el mundo del arte y la ilustración? ¿Cuáles son los arquitectos que más aprecias?

A lo largo de los años me he empapado y alimentado con la cultura que me rodeaba. Somos como «batidoras» que mezclan y combinan distintos ingredientes para elaborar una mezcla personal. No hay una única figura que considere inspiradora. Son muchas las personas que me han inspirado, ayudado, sorprendido y guiado. No me gusta hacer ese tipo de clasificaciones, me siento como un mosaico en elaboración en el que muchos, para bien o para mal, desconocidos o conocidos, han contribuido y contribuyen todavía en la composición general y en la colocación de cada uno de sus fragmentos.
En realidad no tengo referencias ni modelos precisos. Mis fuentes van desde el mundo de la gráfica al del arte, pasando por el mundo de la arquitectura, del cómic y de la publicidad. Tengo muchas amantes pero nunca me he casado con nadie….

 

Tus obras requieren creatividad y capacidad para mirar la realidad desde perspectivas diferentes y originales. ¿Cómo consigues mantener tu frescura y crear espacio para las ideas? ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?

No creo mucho en la inspiración. Las ideas están allí, esperándonos, solo tenemos que saber verlas. Busco siempre un elemento generador, un punto de partida para poder dar forma y esculpir una idea. Algunas veces la imagen gira como impulsada por una fuerza centrífuga alrededor de este elemento central y otras veces toma direcciones distintas y sorprendentes. No sigo ninguna regla en mi proceso creativo, puede ser un proceso lento y laborioso o repentino e intuitivo.
Buscar inspiración e ideas es un trabajo cotidiano y constante. Es como caminar hacia un lugar sin saber cómo llegar. Algunas veces se encuentra el camino con facilidad, otras veces te pierdes durante el viaje. Lo importante es querer llegar.
Intento tener una visión transversal de las cosas. Intentar dar la vuelta para leer las formas sin la inhibición de la experiencia. Intentar mirar el mundo boca abajo. El mundo no cambia, cambia sólo la perspectiva de mirar las cosas para revelar los vacíos, los silencios y las sorpresas que se esconden entre las formas.
Intento escuchar y observar, activar todos los sentidos y luego filtrar la información para llegar a un resultado personal.

 

¿Cuál es el tema que más te gusta dibujar?

La arquitectura es a menudo la protagonista. Me gusta buscar relaciones (im)posibles entre la arquitectura y otros mundos y descubrirla en «lugares sensibles».
Me gusta encontrar arquitectura escondida en universos paralelos y, en este sentido, la ilustración me ayuda a explorar lenguajes alternativos.
En mis imágenes, intento establecer un diálogo imaginario e imaginado entre disciplinas distintas. Los hilos que unen y entrelazan las relaciones pueden ser finos y transparentes o fuertes y corpulentos. Una trama heterogénea e imaginativa que une la arquitectura con mundos aparentemente distintos en un «unicum» ilustrado.
Intento encontrar la arquitectura oculta y hacerle hablar un idioma distinto para comunicarme con un público que puede ser «extranjero» a la arquitectura.

 

¿Sigue algún ritual a la hora de dibujar?

Soy más prolífico por las mañanas y tengo más ideas por la noche, pero en general no tengo una regla fija.
Las cosas pueden cambiar y busco siempre nuevos ingredientes para añadir nuevos sabores a mis imágenes. Cambio constantemente, evoluciono, camino hacia adelante y a veces retrocedo, y mis proyectos siguen mis cambios y mis fluctuaciones. Me gusta sentirme libre, libre de expresarme sin tener que encerrarme en la «prisión de un estilo o una forma». Cuando creo las ilustraciones utilizo siempre un collage de técnicas y programas diversos. Desde el dibujo a mano hasta el dibujo vectorial y los programas de modelado en 3D. Estos distintos ingredientes me permiten obtener la mezcla y la atmósfera deseadas. Todas las técnicas son una herramienta de trabajo útil. Me gusta entrecruzar y entrelazar distintas metodologías para tejer el lienzo gráfico. El resultado es siempre más valioso.

 

¿Qué es para ti la creatividad?

Una pregunta difícil.
La creatividad es como hacer un regalo. Hay que elegirlo con cuidado. Una vez decidido cuál será el regalo, hay que envolverlo. La caja es importante, porque no sólo lo contiene y lo protege, sino que puede revelar o no su contenido. El papel que lo envuelve es como la piel de una obra creativa. Es lo primero que se ve cuando se recibe un regalo. Por último, la cinta, que es como una curiosidad que ofrece un toque de ligereza y elegancia. Quien contempla una obra creativa de cualquier tipo es como quien recibe un regalo. Lo desenvuelve, lo abre y al final descubre la sorpresa. A veces gusta y a veces no

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Animaciones hipnóticas en el límite entre realidad y fantasía: este es la cifra estilística de Oscar Pettersson, un artista del movimiento en 3D de Estocolmo que participa en el proyecto «What’s in a lamp?» con una serie inédita de atractivos bucles infinitos.

Inspirándose en las historias que llevaron a la concepción y creación de algunos de los modelos más queridos de la colección, Oscar Pettersson ha dado vida a las lámparas explicando el diseño a través de fascinantes vídeos en bucle infinito.

Así es como el corazón luminoso de la lámpara Satellight de Eugeni Quitllet se convierte en un fragmento de luz fluctuante, en busca de la libertad. Le Soleil, de García Jiménez, gira sobre sí misma mientras mantiene mágicamente en equilibrio una canica metálica a lo largo del borde de una de sus inconfundibles bandas irregulares. En otro vídeo, es el Magneto de Giulio Iachetti quien interactúa con su característica esfera magnética, casi recordando a un encantador de serpientes que hipnotiza su cobra, mientras un grupo de Twiggy de Marc Sadler baila, en una delicada coreografía que pone de relieve la flexibilidad de su poste. El rítmico balanceo de un péndulo, realizado con lámparas de suspensión Aplomb de Lucidi y Pevere, encanta y arrulla, mientras una serie de esferas de luz vuelan por el espacio como moléculas y, al chocar, se funden para crear la forma orgánica e irregular de Gregg (diseño: L+R Palomba).

¿Quieres saber más sobre la creatividad de este talentoso artista? No te pierdas nuestra entrevista exclusiva.

Háblanos de los comienzos de tu carrera como artista. ¿Cómo te iniciaste en el arte digital y qué te motiva a crear?

Estaba estudiando en una escuela llamada Hyper Island cuando me di cuenta de que la animación era un área en la que quería destacar. Empecé como animador 2D, pero luego me orienté cada vez más hacia el 3D, y ahora ya llevo 7 años como animador 3D. La sensación que tienes cuando estás trabajando en algo y te das cuenta de que está saliendo algo bueno no tiene precio. Es esa sensación la que me motiva a crear, crear y crear, hasta que finalmente creo algo bueno. En pocas palabras: crear algo bonito me hace sentir bien.

 

Tus animaciones en bucle son, al mismo tiempo, delicadas e hipnóticas. ¿Cuál es el proceso creativo que lleva a tus obras de arte?

Mi proceso es interactivo. Creo varias animaciones rápidas en 3D, basándome en varios conceptos e ideas. Luego elijo un par y trabajo en ellas hasta que empieza a surgir algo interesante.
Normalmente se puede identificar un «problema visual» al que necesariamente corresponderá una «solución visual». Si se consigue identificar el problema, entonces se puede crear una solución. ¡Una solución que sea bonita de ver! Hay un problema visual y una solución visual. Si consigo encontrar un problema, puedo crear una solución, una solución que es bonita a la vista. Creo que detrás de cada problema se esconde siempre un concepto interesante por descubrir.

 

¿Cómo has desarrollado tu estilo distintivo eligiendo representar estas situaciones surrealistas que traspasan las fronteras de lo que es físicamente posible?

Mi estilo nace de lo que me gusta crear. Y cada obra que creo me ayuda a entender cada vez más la dirección en la que quiero seguir creando. El momento perfecto rara vez existe en el mundo real, así que lo creo para mis espectadores, para que aprecien y disfruten de la perfección, una y otra vez, al infinito.

 

Hablando de tus fuentes de inspiración: tu trabajo implica un enfoque creativo y la capacidad de mirar la realidad desde una perspectiva distinta y original. ¿Cómo lo consigues?

Me inspiro mucho en la ingeniería y en la mecánica. Luego combino esa complejidad con la sencillez e intento representar contradicciones, como la de abrazar un cactus, convertir el metal en algo blando o las plumas en algo pesado. A lo largo del proceso estoy siempre abierto a volver atrás, repetir, modificar el procedimiento de cualquier forma posible y en cualquier momento. Esta modalidad, normalmente, lleva a encontrar perspectivas nuevas, distintas y creativas.

 

¿Qué te ha inspirado el proyecto «What’s in a lamp?» con Foscarini?

El diseño de los productos es increíble, he tenido que encontrar solo una forma interesante para representar sus historias y características distintivas a través de la animación. Un buen diseño es siempre una fuente de inspiración para un animador.

 

¿Cuál es su animación favorita de la serie y por qué?

Desde el punto de vista de la animación, me gusta Magneto y desde el punto de vista estético elegiría el vídeo rojo con Twiggy.

 

¿Qué es para ti la creatividad?

¿La creatividad? Es encontrar soluciones interesantes a problemas interesantes.

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Irónica y juguetona, capaz de mirar donde los demás no miran: os presentamos a Noma Bar, la protagonista del segundo capítulo del proyecto «What’s in a lamp?». En sus ilustraciones se ha inspirado en las lámparas más icónicas de Foscarini y las ha convertido en protagonistas de imágenes minimalistas que, a través de un uso hábil del «negative space», esconden historias y emociones que se revelan al fijarse con mayor atención en los detalles.

Noma Bar es, sin duda alguna, uno de los ilustradores más innovadores del panorama internacional contemporáneo. Es de origen israelí, vive y trabaja en Londres y se le conoce a nivel internacional por su original estilo, a caballo entre la ilustración, el arte y el diseño gráfico. Pocos colores, líneas sencillas y un equilibrio formal perfecto cuentan historias, ocultándolas en los detalles. Al observar sus obras se aprecia siempre un giro creativo insólito: la mente se fija en elementos secundarios, que el ojo no capta de inmediato. Se trata de ilustraciones que requieren un momento extra de atención, porque la mirada no lo es todo y hay algo que va más allá: la clave es ver lo que los demás no ven, mirar donde los demás no están mirando.

Sus obras han aparecido en muchas revistas, portadas y publicaciones, como The New Yorker, The New York Times, The Economist, Internazionale, Wallpaper*, Esquire y The Guardian, por citar sólo algunas.

En esta serie para el proyecto «What’s in a lamp?» –que transforma el feed de Instagram @foscarinilamps en una galería de arte virtual, un espacio abierto a exponentes conocidos y emergentes en el mundo de las artes visuales, inspirados en las colecciones de Foscarini– nuestras lámparas más icónicas se convierten en personajes dentro del universo creativo de Noma. A través de un uso hábil de la técnica del «negative space», las lámparas son las protagonistas en seis imágenes minimalistas que, si se observan de cerca, revelan múltiples niveles de interpretación, historias y sensaciones. Expresiones artísticas complejas, pero de una sencillez sorprendente, un rasgo común entre el enfoque del artista y el de Foscarini: liberar lo esencial para emocionar y capturar la mirada.

En esta entrevista, Noma Bar nos cuenta más cosas sobre su arte y su colaboración con Foscarini.

Háblanos de los comienzos de tu carrera como artista. ¿Cómo has empezado? ¿Has sabido siempre que esto era lo que querías hacer?

Ser artista era mi sueño de la infancia. Llevo dibujando desde que tengo uso de razón, de niño siempre estaba dibujando, creando, experimentando con el arte y las habilidades manuales. Disfrutaba retratando a las personas de mi entorno, a mis familiares, vecinos, amigos… Siempre tuve muy claro que eso era lo que me gustaba y lo que quería hacer en mi vida adulta.
Estudié Diseño Gráfico y me licencié en la Bezalel Academy of Arts and Design en el 2000. Poco después de graduarme me trasladé a Londres y empecé a enviar postales con mis ilustraciones a algunos editores. Así conseguí mi primer encargo poco después.

 

¿Cómo describirías tu trabajo, a caballo entre la ilustración y el diseño gráfico? Una vez definiste tu arte como «brief illuminations» («iluminaciones sintetizadas»), ¿puedes decirnos algo más al respecto?

Yo definiría mi trabajo como «Graphic Art» porque la estética es gráfica, pero la esencia está más cerca del arte y la ilustración. Mis proyectos personales, en cambio, los considero simplemente como «art» y cuando me piden que cree una obra basada en una historia o una síntesis específica, entonces prefiero el término «ilustración».
«Brief illuminations» es mi forma de destilar y simplificar cuestiones complejas con un simple dibujo.

 

En este proyecto, las lámparas Foscarini forman parte de una serie que investiga el papel de las lámparas al transformar un «espacio» convirtiéndolo en tu hogar. ¿Hay objetos que te hacen sentir como en casa, estés donde estés?

Mi padre era leñador y, durante mi infancia, utilizaba esta postal como carta de presentación. Siempre me ha gustado esta imagen y la dualidad gráfica del tronco del árbol y las piernas del niño.
Esta postal está en mi escritorio y sin duda me hace sentir como en casa.

Hablando de tus fuentes de inspiración, una vez dijiste «Miro donde muchas personas no miran». ¿Cómo empezaste a ver las cosas desde una perspectiva distinta?

No creo que se pueda identificar un único momento, es una evolución que se convierte en un enfoque hacia la vida, una búsqueda constante para descubrir lo extraordinario en lo ordinario.
Tomemos la cocina como metáfora: en ese caso se trata de intentar descubrir nuevos sabores utilizando la alimentación cotidiana que nos es familiar. No sé explicar cómo sucede.

 

En tus obras hay conceptos complejos, plasmados con sencillez sorprendente. Foscarini utiliza un enfoque similar en el diseño del producto, intentando liberar lo esencial y llegar directamente al corazón. ¿Cuál es el proceso creativo para desarrollar tus ilustraciones minimalistas?

Cuando empiezo a trabajar en una síntesis específica, la primera sensación que tengo es como si tuviera que entrar en una tienda de caramelos para elegir uno solo. Primero intento reunir ideas en Highgate woods (justo enfrente de mi estudio), me siento en medio del bosque, leo y realizo esbozos de mis ideas. Luego vuelvo al estudio y dibujo las mejores ideas en el ordenador.

 

¿Cuál es el tema que más te gusta dibujar?

Es una pregunta fácil: dibujo constantemente a las personas y los rostros con las que me encuentro.

 

Tu trabajo implica mucha creatividad. ¿Cómo la mantienes fresca?

Busco constantemente creatividad, nuevas ideas. Camino mucho y, cada día, paso varias horas inmerso en la naturaleza, observo cómo se transforma el bosque cotidianamente y durante el paso de las estaciones. Cada día es similar, pero cada día es distinto y es en estas pequeñas diferencias en las que centro mi atención.

 

¿Qué te ha inspirado en este proyecto con Foscarini? ¿Cuáles son tus ilustraciones favoritas y por qué?

Me encantan las siluetas bellas y atemporales, fue una suerte contar con las maravillosas siluetas icónicas de Foscarini para trabajar. La comparación con Foscarini empezó hablando de «tu casa», lo que me inspiró para encontrar situaciones familiares, íntimas y cotidianas –dentro y fuera de casa– en las que las lámparas Foscarini encajaban perfectamente.

 

¿Cuáles son tus ilustraciones favoritas y por qué?

El perro Lumiere es probablemente mi favorita. Creo que os sorprende (como a mí) darse cuenta de que el cuerpo de «Lumiere» se convierte en la nariz de un perrito, la base de la lámpara en su boca y la luz que produce en pelo del hocico.

 

¿Qué es para ti la creatividad?

A veces me han pedido que ilustre la creatividad. La imagen que prefiero para describirla es ésta que he creado: un ganso con la cabeza metida en la arena, que simboliza la ignorancia, pero al mismo tiempo, la cabeza del ganso asoma y mira, lo que muestra la importancia de no estar completamente desconectado del mundo. Suceden tantas cosas, surgen constantemente nuevas tendencias, y yo me siento un poco como este ganso: meto la cabeza en la arena para ignorar las transformaciones rápidas del gusto visual, pero en realidad, la segunda cabeza del ganso me recuerda que debo permanecer sintonizado y mantener siempre las antenas desplegadas.

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Espacio para la creatividad en la nueva estrategia social de Foscarini. Instagram se convierte en un escenario donde la energía, la libertad creativa y la investigación cobran protagonismo. What’s in a lamp? es un proyecto de storytelling a través de imágenes, animaciones y vídeos que toma forma en un espacio artístico contemporáneo, siguiendo como hilo conductor la marca Foscarini, su esencia, sus inspiraciones y sus colecciones.

Siempre en busca de soluciones originales y características, no sólo en el ámbito de los productos, sino también en la forma de explicarse, Foscarini replantea las convenciones comunicativas en los medios sociales típicas del sector y evoluciona su storytelling de una manera nueva y característica, transformando el feed del canal Instagram @foscarinilamps en un lugar virtual que da voz a exponentes conocidos o emergentes del mundo de las artes visuales, con el objetivo de regalar belleza, diversión y asombro.

Un proyecto caleidoscópico en el que se invita a artistas y creadores de contenidos internacionales de diferentes ámbitos, desde el arte digital a la fotografía, desde la ilustración al motion art, a dejarse inspirar y «jugar» con las lámparas Foscarini, cada una caracterizada por estilos, materiales y diseñadores diferentes.

“Foscarini es una empresa alimentada por ideas, curiosidad, un deseo de experimentar con nosotros mismos y con nuevos conceptos. Buscábamos una forma más distintiva, más personal de presentarnos en los canales sociales; una solución fresca que, enfrentándose a los límites y características del medio, nos permitiera dar espacio a la creatividad, reunir estímulos, relacionarlos, intercambiar conocimientos y combinar experiencias. Este nuevo proyecto digital presentará contenido original que, a través de inspiraciones visuales donde nuestra luz toma protagonismo, descubrirá el poder de las ideas.”

CARLO URBINATI
/ PRESIDENTE Y FUNDADOR DE FOSCARINI

Luca Font, polifacético artista italiano, abrirá la escena con una serie inédita de ilustraciones de inspiración modernista con rasgos geométricos y dinámicos, seguido por el conocido ilustrador israelí Noma Bar – maestro del Negative Space. Y luego: Federico Babina, Oscar Pettersson, Maja Wronska, Kevin Lucbert, Alessandra Bruni, Luccico y más artistas. Voces, estilos e interpretaciones únicas para explicar pensamientos, sensaciones y emociones suscitadas por las lámparas Foscarini, para subrayar sus formas, la idea que hay detrás de su concepto o el efecto que producen en un espacio. Un calendario repleto de visiones insólitas sobre el tema de la luz; un recorrido creativo que es la expresión de una reflexión sobre el papel que desempeñan las lámparas Foscarini en la transformación y definición de una idea personal de casa.

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Escritor, ilustrador y tatuador: el universo visual de Luca Font está formado por medios heterogéneos, unidos por un estilo transversal y distintivo. En la serie de ilustraciones realizadas para Foscarini “What’s in a lamp?”, Font explica visualmente el papel de la luz y de las lámparas Foscarini para definir y otorgar personalidad a un ambiente.

Luca Font nació en Bérgamo en el 1977 y vive entre Milán y Nueva York, la metrópoli cuna de los grafiti. Precisamente la pasión por los grafitis marcó sus inicios como artista. De trenes y muros a tatuajes, al papel y al arte digital. El universo visual de Luca Font está formado por medios heterogéneos, unidos por un estilo transversal y distintivo que denota un gusto considerable por la abstracción, el diseño gráfico y la tipografía. Lo que caracteriza su producción consiste en una búsqueda constante de la síntesis visual, además de un rasgo gráfico que mezcla minimalismo y expresividad.

En la serie de ilustraciones realizadas para Foscarini, Font explica visualmente el papel de la luz y de las lámparas Foscarini para definir y otorgar personalidad a un ambiente, tanto de noche (cuando están encendidas) como de día (cuando están apagadas). Seis ilustraciones componen una especie de ciclo circadiano en el que la casa desarrolla su propia personalidad a través de la ilusión pareidolítica.

¿Nos explicas cómo nació tu carrera de artista? ¿Dónde empezó todo? ¿Siempre supiste que querías dedicarte a esto en la vida?

Empecé a dibujar desde muy pequeño y en la adolescencia me dediqué a los grafiti, que durante muchos años han sido mi principal producción creativa. No he recibido nunca una educación artística formal y, desde luego, no me había planteado la posibilidad de ganarme la vida dibujando hasta que se me presentó casi por casualidad la oportunidad de aprender a tatuar, que aproveché enseguida. En el 2008 dejé el mundo de la comunicación sin pensármelo dos veces y todo cambió.

 

Tu expresión gráfica es muy visible, reconocible y distintiva. ¿Cómo describirías tu estilo y cómo ha evolucionado a través de las experiencias que has vivido?

Crecí rodeado de los gráficos de los videojuegos primero y de los monopatines después y, aunque mi madre enseñaba historia del arte, preferí siempre las ilustraciones potentes y evocadoras a los retablos de Mantegna. Probablemente esto contribuyó al enfoque siempre muy gráfico que desarrollé con los grafitis y luego con todo lo demás. Síntesis, legibilidad e impacto visual inmediato son los objetivos que me planteo cada vez que dibujo algo, ya sea un tatuaje del tamaño de la palma de la mano o un muro de treinta metros de longitud, y aunque trabajo en muchos medios distintos entre ellos, siempre intento utilizar un lenguaje formal que dé coherencia a mi producción.

 

En este proyecto has estudiado el papel de las lámparas Foscarini en la transformación del espacio de noche y de día, tanto cuando están encendidas como cuando están apagadas. ¿Puedes explicarnos algo más sobre la inspiración que hay detrás de esta serie?

La parte más interesante de trabajar con un cliente es la posibilidad de hablar y sobre todo de escuchar, algo fundamental para encontrar nuevos ángulos y nuevos puntos de vista. De la conversación con Foscarini surgió desde el principio la importancia de la luz en relación con los espacios. Una luz no sólo nocturna, que obviamente es artificial y producida por las lámparas, sino también diurna, en cuyo interior las lámparas encuentran una dimensión diferente como objetos de diseño que son. Entonces la luz (o más bien las luces) y las lámparas Foscarini se convierten en dos elementos que, de manera diferente según la hora del día, ayudan a definir la personalidad de la casa, que a su vez es un reflejo de la personalidad de quienes la amueblan y viven en ella.

 

¿Hay objetos que te hacen sentir como en casa, estés donde estés?

He viajado de forma constante durante los últimos diez años y lo que me hace sentir cada vez un poco más cerca de casa son las cámaras fotográficas que llevo siempre conmigo. En cierto modo, actúan como un puente entre los lugares donde estoy y el lugar adonde volveré, llevándome conmigo un trozo de cada viaje.

 

¿Qué opinas de Foscarini? ¿Cómo ha sido trabajar con la empresa en este proyecto?

Me sentí en sintonía desde el principio porque la filosofía de esta empresa gira entorno a los conceptos de individualidad y personalización, que son los mismos en los que se basa mi trabajo. Cada pieza es un proyecto en sí mismo, no creo en las soluciones estándar porque estoy convencido de la necesidad de realizar un esfuerzo constante en actualización e investigación, tanto estética como conceptual.

 

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración y cómo cultivas tu creatividad?

Mis fuentes de inspiración son muy variadas, a menudo casi casuales. Me baso en la investigación, pero también en la cotidianidad de la vida diaria. Estamos tan acostumbrados a estar rodeados de estímulos visuales que, en general, no prestamos atención a lo que vemos, mientras que en la mayoría de los casos lo mejor para encontrar la idea adecuada es levantarse de la hoja de dibujo y deambular sin rumbo, mirando a nuestro alrededor.

 

¿Cuál es tu proceso creativo?

Depende mucho de lo que tengo que hacer. Suelo procesar las ideas dejándolas reposar en un segundo plano mientras hago otra cosa, luego dibujo borradores muy preliminares en papel que sucesivamente proceso digitalmente y por último, eventualmente, vuelvo a transferirlos sobre papel o lienzo. Cada vez es más frecuente que trabaje para medios exclusivamente digitales, pero la producción de obras de arte físicas sigue siendo mi resultado favorito.

 

¿Qué es lo que más te gusta dibujar?

Sin duda, la arquitectura y los objetos angulares.

 

¿Cuál o cuáles son las ilustraciones favoritas de esta serie y por qué?

En realidad, he disfrutado no tanto con una única ilustración cuanto con el hecho de haber tenido la oportunidad de crear una serie simétrica, que narra el ciclo del día y la noche, utilizando los seis temas repartidos en dos líneas. La narración es un aspecto fundamental de cualquier obra visual y la estética nunca debe ser un fin en sí misma.

 

¿Qué es para ti la creatividad?

En lo que a mí respecta, se trata sin duda de un proceso orgánico imposible de separar de la vida cotidiana.

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El proyecto Battiti, un taller de pura experimentación sobre la luz llevado a cabo por Foscarini con Andrea Anastasio y Davide Servadei de Ceramica Gatti 1928, es una experiencia de total libertad que permite nuevas interpretaciones de la luz, que aquí adquiere el carácter de materia en el diálogo con la cerámica.

En el proyecto Battiti, presentado en muestra en el Fuori Salone 2022, la luz no se utiliza para iluminar, sino para construir. Como si se tratara de un material, creando efectos, enfatizando formas, desarrollando sombras. Porque esto es lo que hace Andrea Anastasio cuando utiliza las obras del archivo del taller Gatti, desmontándolas y luego volviéndolas a montar siguiendo sólo el instinto primordial de quien crea por deseo, pasión y necesidad; invierte la lógica tradicional y alcanza una nueva lógica, interpreta la historia dándole un sentido y un significado distintos. Y, en este acto que es creación y descubrimiento al mismo tiempo, Anastasio utiliza la luz, que también se convierte así en un instrumento de diálogo con el observador. Los cortes de luz, elementos activos y «vivos» en los bajorrelieves y en las esculturas de Anastasio, se convierten en el incipit de una nueva relación entre los objetos que los acogen y el observador.

«Battiti empezó con una reflexión sobre la relación milenaria entre la luz y la cerámica, un viaje desde las linternas de aceite a los edículos religiosos y que acompaña la forma de la visión, en sus numerosas manifestaciones. Luego surgió otra observación y empecé a seccionar paneles de cerámica procedentes de moldes del archivo Gatti de Faenza y a descomponerlos de forma sistemática. Introducir la luz en esta serie de obras fue un proceso lento después de una intuición inmediata, como sucede a menudo cuando queremos devolver el impacto de una visión que nos atrapa y al mismo tiempo se nos escapa, precisamente porque es impalpable. Así, una vez más, el diálogo entre ornamento y luz se convierte en una oportunidad para tomar conciencia del papel que la luz desempeña en nuestro devenir cotidiano y de su capacidad para recordarnos el carácter ilusorio de lo continuo y la vanidad de lo logrado».

ANDREA ANASTASIO
/ Diseñador

Esta investigación es fruto de la libertad que siempre ha caracterizado a Foscarini, una empresa sin fábrica, que vive de las ideas y de la imaginación. Una libertad que hace posible –es más, necesario– explorar cada vez los materiales y las modalidades de producción más adecuados para desarrollar de la mejor manera cada nueva idea. Un enfoque diferenciador para una realidad industrial con una profunda alma artesanal. Esta operación, alejada de lógicas comerciales, es típica de la identidad de Foscarini, que siempre ha creído en la innovación y en la búsqueda constante de sentido.

«Sólo alejándose de lo existente se encuentra el valor para imaginar nuevas ideas. Sólo escuchando y compartiendo visiones con personas que pertenecen a otros mundos se entiende hacia dónde tiene sentido ir. Sólo compartiendo la verdadera pasión de los creadores se capta el sentido de la palabra proyecto, en su significado más puro y auténtico».

CARLO URBINATI
/ Presidente y fundador de Foscarini

E-BOOK

BATTITI —
Foscarini Artbook series #1
Research & Developement

Descarga el exclusivo libro electrónico que narra esta investigación, inspirada en el único deseo de explorar nuevos lenguajes expresivos, significados y formas de disfrutar de la luz. Reflexiones críticas de Carlo Urbinati, Andrea Anastasio y Franco La Cecla. Fotografías de Massimo Gardone.

¿Quieres echar un vistazo?

“The Light Bulb Series” es una colección de autor que nace de una reflexión sobre la bombilla como arquetipo, con su típica forma de bulbo, presentada en varias provocaciones sorprendentes.

“Una idea que sugiere una reflexión crítica sobre las formas absolutamente no icónicas de lámparas modernas a LED“. James Wines expresa esta reflexión basándose en los temas principales que han caracterizado su investigación arquitectónica. Se trata de la inversión, del derretimiento, de la naturaleza, todos esos estados de “defecto arquitectónico” que permiten replantearse la realidad, darle forma y, al mismo tiempo, disolver las fronteras. Una tensión hacia la experimentación, mejorarse pero también diversificarse, concepto que desde siempre anima a Foscarini también.

Ediciones cuidadosamente numeradas; The Light Bulb Series incluye cinco interpretaciones diferentes de este icono luminoso. La colección está acompañada de una monografía sobre el trabajo del estudio SITE, que nos anima a pensar en un mundo de diseño y, por lo tanto, de posibilidad, en el que siempre podemos imaginar arrojar luz de una manera diferente.

/ Black Light
Un hilo y un portalámpara que emana luz, mientras la bombilla sigue siendo negra y “oscura”, una inversión pura de las funciones y de las partes.

/ Candle Light
Vela y bombilla: un cortocircuito entre formas y efectos distintos de hacer luz, dos historias luminotécnicas de llama y de tungsteno que se unen y forman un nuevo objeto ambiguo y extravagante.

/ Melting Light
Como durante una fusión, un bulbo se inmortaliza en un fotograma intermedio entre forma y licuefacción, permanece suspendido en una capa transitoria, se convierte en el icono evanescente de un fantasma.

/ Plant Light
Un bulbo, cubierto por naturaleza, guijarros y tierra, puede desaparecer como lámpara y transformarse en terrario, o bien en bulbomaceta para la planta que lo coloniza.

/ White Light
Es la matriz, el icono de base todavía intacto, un objeto que se ha convertido en el arquetipo de la iluminación.

Todas las interpretaciones que componen la serie se presentan en Foscarini «Reverse Room», una instalación especial firmada por James Wines con su hija Susan Wines, para resaltar las características de inversión surrealistas de estas variaciones sobre el tema.

Descubre más sobre la instalación Reverse Room

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