Markus y Sandra en Mönchengladbach– NIEDERRHEIN
La seguridad de los objetos
Para nosotros es un placer y también un trabajo. Yo, Markus, soy arquitecto de interiores; Sandra se encarga de comunicación en una histórica fábrica alemana de porcelana. Pero los objetos son nuestra pasión. Todos, incluso los que antes se llamaban adornos, que es simplemente una cosa bonita que te da felicidad. Así es como abrimos nuestra galería de diseño cuando vivíamos en Colonia; ahora está cerrada, pero seguimos vendiendo en línea. Tenemos un pequeño garaje-almacén donde guardamos las piezas. Muchas, muchísimas las usamos en casa, las sillas por ejemplo, tenemos más de veinte, desde las de diseño hasta las que hemos encontrado en mercadillos. No hay un rincón del corazón en casa, la vivimos toda, en todos los rincones, igual que cambiamos de sitio y utilizamos todas las sillas. Pero hay un ritual que siempre es el mismo. Me refiero al café de la mañana, un auténtico expreso, hecho con la cafetera moka. En una pequeña taza de porcelana blanca que parece un papel doblado muy fino. El primer destello de luz del día.
Dos libros, tres continentes, trece ciudades, veinticinco casas.
